El día acompañaba en nuestra visita a El Pozuelo de Aragón y pudimos disfrutar de sus monumentos más destacados, como hemos venido relatando en crónicas anteriores. Hoy ofrecemos imágenes de la plaza de la Iglesia, en cuyo centro de alza el pilar o pilón de San Antón, uno de los más bonitos de la comarca.
Una placa de cerámica situada junto a
las escaleras de acceso al templo parroquial nos recuerda que en ese pilón,
cada 17 de enero (fiesta de San Antón), se bendicen los animales.
La iglesia parroquial está dedicada a Nuestra Señora de la Asunción y tiene una pequeña torre con franjas de rombos que, por razones que ignoramos, no fue incluida en el listado de monumentos conocido como “Aragón Mudéjar”.
Esta bonita vista de la torre, entre
los arcos de la Casa de Cultura, nos sugieren la conveniencia de acometer, en
su momento, la restauración del exterior de la iglesia, sobre todo cuando su
interior se encuentra hace tiempo en perfecto estado.
En el recorrido por sus calles nos llamaron
la atención algunas parras de considerable tamaño existentes en las fachadas de
determinados edificios, aunque no es la época para verlas en todo su esplendor.
También gusta ver esos conjuntos de macetas con los que algunos vecinos
embellecen su calle.
En un macetero, junto a la fachada de
la actual Casa Consistorial, crece la carrasca que el Gobierno de Aragón
entregó a todos los municipios, en recuerdo a las víctimas de la pandemia. En
sus ventas, en unos sacos blancos, las flores moradas aluden a la lucha por la
igualdad.
Finalmente, queremos mencionar que a lo
largo de las calles se mantienen en buen estado las cruces que representan,
como en otros lugares, las estaciones del Vía Crucis. Además, junto al
barranco, encontramos en la fachada de una vivienda particular este termómetro
que, probablemente, ha colocado su propietario. Nos despedimos con estos
simpáticos personajes que vimos en la ventana de una de sus calles.
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