Una de las obras del Museo de la Colegiata que más llaman la atención es esta imagen de San Miguel que fue la titular de la antigua parroquia dedicada al arcángel, donde hoy se encuentra el Museo Arqueológico.
Desde que
Rafael García revelara que había sido encargada por el ilustre jurista borjano D.
Tomás Martínez Galindo y que había sido realizada por “Simón Lacasa, escultor,
natural de Borja, que residía en Huesca”, pocos datos teníamos de este escultor
de nuestra ciudad que, si los datos eran ciertos, había llevado a cabo ese
trabajo a una edad sorprendentemente temprana.
Pero, como
hemos venido informando en este blog, el Dr. D. Alberto Aguilera Hernández, ha
prestado especial atención a este artista y a su protector el Dr. Tomás
Martínez Galindo, sorprendiéndole la precocidad creativa del mismo.
Porque Simón
Lacasa Castro fue bautizado en la parroquia de San Bartolomé de Borja el 28 de
octubre de 1708, siendo hijo de Diego Lacasa, natural de Borja, y de Rosa
Castro, de Zaragoza.
Pero, aparte de
la escultura de San Miguel, el Dr. Aguilera ha documentado su supuesta
intervención en obras tales como la basa de la imagen de San Nicolás, en 1720;
el retablo de San Miguel para el Santuario de Misericordia, en 1722; el de San
Esteban de la colegiata de Santa María, en 1723, por encargo del citado Tomás
Martínez Galindo, cuyas armas figuran en el remate, o la basa de la Virgen de
la Peana, en 1724. Sin embargo, el niño bautizado el 28 de octubre de 1708,
tendría en esas fechas 12, 14 o 16 años, lo que resulta inconcebible.
En un
importante trabajo publicado este mismo año en la revista Imafronte, de
la Universidad de Murcia, el Dr. Aguilera aborda, con el título “Los Lacasa:
una saga de escultores del siglo XVIII”, la problemática que plantean estas
obras, apuntando la posibilidad de que la mayor parte de ellas fueran
realizadas por su padre.
Mucho nos tememos que esta cuestión sigue abierta y, por el
momento, lo único cierto que sabemos es que el Simón Lacasa, cuyo nacimiento
estamos conmemorando hoy, marchó desde Huesca al Arsenal de Cartagena, que
había sido creado en 1746.
Allí trabajó
como escultor en el taller donde se elaboraban los mascarones de proa de los
navíos y allí nacieron sus hijos, varios de los cuales fallecieron a temprana
edad. En Cartagena falleció el 11 de septiembre de 1764.
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