En reiteradas ocasiones nos hemos referido a la ermita de San Sebastián de Ainzón, como uno de los monumentos de mayor interés de nuestra comarca, a pesar de que no goza de otra protección específica de la que le otorga el Plan General de Ordenación Urbana de esa localidad.
Distinto
es el caso del más claro paralelismo con ella, que es la ermita de Santa Quiteria
de Encinacorba que, por una orden del Gobierno de Aragón de 24 de
septiembre de 2002, fue declarada “Bien Catalogado del Patrimonio Cultural
Aragonés”. En ella se señalaba que era un edificio “perteneciente al
gótico más primitivo”, siendo “uno de los escasos ejemplos de este estilo en la
provincia de Zaragoza”, lo que da idea de la importancia que se le concedía.
A nuestro juicio, la de
Ainzón es aún más interesante, ya que sus dimensiones son mayores, con un
tramo más y la particularidad de que el primero se cubre con bóveda de arista,
mientras que el resto de los tramos lo hace con cubierta a dos aguas sobre
arcos diafragma, como ocurre en la de Encinacorba.
La ermita que fue propiedad
municipal, tras la Desamortización, fue después enajenada, pasando a manos de
dos propietarios privados que la utilizaron como corraliza, rodeándola de otras
construcciones que la envuelven por su parte anterior.
En la reciente visita
efectuada por D. Jaime Suñer, acompañado por D. Severino de Llanza, con el fin
de estudiar los monumentos medievales de nuestra zona, para la elaboración de
su trabajo de Fin de Máster, quedó impresionado, tanto por la importancia del
monumento como por el estado de abandono en el que se encuentra.
Entre otras cosas le llamó la
atención las características de su fábrica así como los restos de decoración
que aún se conservan en la puerta de acceso y, desde luego sus dimensiones.
Pero el abandono ha hecho
mella en su estructura y se ha derrumbado parcialmente su cubierta en la zona
correspondiente al antiguo coro. Si el deterioro prosigue nos encontraríamos
con un caso similar al de la ermita de Gañarul de Agón, cuya salvación fue
posible “in extremis” por parte del Gobierno de Aragón, una vez que el
Ayuntamiento se hizo con la propiedad.
Se hace necesario, por lo
tanto, que el Ayuntamiento de Ainzón alcance un acuerdo con sus propietarios
para que, de nuevo, retorne a ser municipal con el fin de que puedan
conseguirse las ayudas necesarias para su restauración. Mientras tanto es
preciso que, con cierta urgencia, sean iniciados los trámites para su
declaración como “Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés”. No es una
cuestión baladí pues, como se señalaba en el caso de Encinacorba, son pocos los
monumentos similares en Aragón y no hay otro igual en nuestra comarca.
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