jueves, 3 de diciembre de 2020

Una ermita que es preciso salvar, la de San Sebastián de Ainzón

         En reiteradas ocasiones nos hemos referido a la ermita de San Sebastián de Ainzón, como uno de los monumentos de mayor interés de nuestra comarca, a pesar de que no goza de otra protección específica de la que le otorga el Plan General de Ordenación Urbana de esa localidad.


         Distinto es el caso del más claro paralelismo con ella, que es la ermita de Santa Quiteria de Encinacorba que, por una orden del Gobierno de Aragón de 24 de septiembre de 2002, fue declarada “Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés”. En ella se señalaba que era un edificio  “perteneciente al gótico más primitivo”, siendo “uno de los escasos ejemplos de este estilo en la provincia de Zaragoza”, lo que da idea de la importancia que se le concedía. 



         A nuestro juicio, la de Ainzón es aún más interesante,  ya que sus dimensiones son mayores, con un tramo más y la particularidad de que el primero se cubre con bóveda de arista, mientras que el resto de los tramos lo hace con cubierta a dos aguas sobre arcos diafragma, como ocurre en la de Encinacorba.


         La ermita que fue propiedad municipal, tras la Desamortización, fue después enajenada, pasando a manos de dos propietarios privados que la utilizaron como corraliza, rodeándola de otras construcciones que la envuelven por su parte anterior.


         En la reciente visita efectuada por D. Jaime Suñer, acompañado por D. Severino de Llanza, con el fin de estudiar los monumentos medievales de nuestra zona, para la elaboración de su trabajo de Fin de Máster, quedó impresionado, tanto por la importancia del monumento como por el estado de abandono en el que se encuentra.



         Entre otras cosas le llamó la atención las características de su fábrica así como los restos de decoración que aún se conservan en la puerta de acceso y, desde luego sus dimensiones.



         Pero el abandono ha hecho mella en su estructura y se ha derrumbado parcialmente su cubierta en la zona correspondiente al antiguo coro. Si el deterioro prosigue nos encontraríamos con un caso similar al de la ermita de Gañarul de Agón, cuya salvación fue posible “in extremis” por parte del Gobierno de Aragón, una vez que el Ayuntamiento se hizo con la propiedad.

         Se hace necesario, por lo tanto, que el Ayuntamiento de Ainzón alcance un acuerdo con sus propietarios para que, de nuevo, retorne a ser municipal con el fin de que puedan conseguirse las ayudas necesarias para su restauración. Mientras tanto es preciso que, con cierta urgencia, sean iniciados los trámites para su declaración como “Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés”. No es una cuestión baladí pues, como se señalaba en el caso de Encinacorba, son pocos los monumentos similares en Aragón y no hay otro igual en nuestra comarca.







 

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