miércoles, 16 de diciembre de 2020

Jaime Suñer visitó Mallén

 

         A punto de finalizar su recorrido por todas las localidades de la zona, Jaime Suñer estuvo en Mallén, antes de que apareciera el reportaje al que aludimos en otro artículo. Su interés estaba centrado en el primitivo templo románico sobre el que se construyó la actual iglesia parroquial.



         De aquel monumento se ha conservado el bello ábside, que ofrece la singularidad de que sus sillares son de alabastro blanco. Jaime no lo pudo admirar, pero para su trabajo dispone de abundante documentación fotográfica.



         Hasta su restauración se conocía la existencia de esos importantes restos, dado que “emergían” sobre los tejados de algunas dependencias. Pero, junto a ellos, quedaba el arranque de la muralla que, injustificadamente, se decidió eliminar.



         Lo que sí pudo ver Jaime fueron los sillares reaprovechados en la actual fábrica del templo e, incluso, el crismón que perteneció a la portada de acceso y que se mantiene en la fachada principal.



         Es tan elevado el número de sillares que subsistente, tanto en los muros de la iglesia como en la planta baja del palacio de los Zapata, que casi se podría reconstruir con ellos el antiguo templo románico.

         Ello no es posible, dado que la historia de la Arquitectura registra casos como el de Mallén en el que un monumento de reutiliza para construir otro y, frecuentemente, cualquiera de ellos es fruto de una superposición de estilos que responden a los gustos de cada momento. Pero de lo que no cabe duda es que estas iglesias de alabastro que existieron en el valle del Huecha, debieron ofrecer a la vista un aspecto extraordinario.





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