Continuando
con las campanas de la antigua colegiata de Santa María y tras la descripción
de las situadas en la parte superior de la torre del pórtico (la de madera y el
“Don Don”, vamos a comentar las situadas en el segundo cuerpo de la torre que
son cuatro. En la fotografía aparecen la San
Sebastián, la Santa Bárbara y la Santa María. Frente a la Santa Bárbara se encuentra Cuaresmera o Espinayera que no figura en la imagen.
Hoy
nos detendremos en la Santa Bárbara que es la que está situada en el lado que
da a la plaza de Nuestra Señora de la Peana. Junto con las fotografías realizadas por Enrique
Lacleta incluiremos los datos aportados por la Casa Quintana que, en 2010, fue
la encargada de la restauración de todo el conjunto.
Se
trata de una campana tipo esquilón de 76,5 cm de diámetro y un alzado de 62 que
tiene un peso de 210 kilos. Está sujeta al yugo mediante siete asas y el badajo
mide 57 cm.
Está
decorada en la parte superior por una cenefa de triángulos hacia arriba bajo la
que corre la inscripción: “SANTA BARBARA ORA PRO NOBIS”. Al frente una Cruz en
calvario.
Al
interior, lo que el estudio de la Casa Quintana describe como una imagen del
Sagrado Corazón y la inscripción “BALLESTEROS ME HIZO. AÑO 1891”. Los
Ballesteros eran una dinastía de fundidores cántabros de larga tradición. En la
segunda mitad del siglo XIX destacaron los hermanos Benito, Paulino y Braulio.
El primer hizo la campana Valera de la Seo zaragozana en 1901. De Paulino se
conocen 74 campanas, varias de las cuales para templos aragoneses y sorianos.
Es posible, por lo tanto, que la de Borja fuera realizada por él, aunque en el
taller trabajaban todos los hermanos.
En
la restauración, la Casa Quintana reemplazó el yugo de fundición por otro de
madera con contrapeso de piedra, como se aprecia en la imagen.
Asimismo se le dotó del
correspondiente sistema para su volteo mecánico, el cual permite la
reproducción de los antiguos toques mediante control de ordenador. La Santa Bárbara, junto con la Capitular
y la Santa María eran las encargadas
del toque que sonaba, a mediodía, en las grandes festividades, así como en las
vísperas. También se utilizaba, a media vuelta,
en los diferentes tipos de entierros.
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