Quienes contemplan, en la actualidad,
esta portada existente en la plaza del Mercado de Borja podrían pensar que
corresponde a la antigua entrada del edificio en el que se encuentra situada.
Sin embargo, fue colocada allí, a comienzos de los años 70 del pasado siglo
cuando se adecuaron los restos de una casa parcialmente derribada como sede del
Centro de Estudios Borjanos. En concreto, en el local de la planta baja estuvo
situada, durante varios años, la primera Oficina de Turismo de nuestra ciudad,
creada por nosotros en colaboración con el Centro de Iniciativas y Turismo que
impulsaron un grupo de personas vinculadas a nuestro Centro.
En
su origen esta interesante portada pertenecía a un palacio de la calle de
Carreteros del que, como ocurre con la mayor parte de las casas importantes de
Borja, no se conoce con precisión el nombre de quienes lo mandaron construir.
Probablemente estuvo relacionado con los Carreteros, una familia distinguida
que dio nombre a la calle, pero de la que apenas tenemos datos. Dos miembros de
la misma, Antonio Carreteros y su hijo Pedro, fueron apotecarios o
farmacéuticos a finales del siglo XVII y durante el primer tercio del XVIII.
Otro de ellos, Germán, era canónigo de la colegial en 1714.
En
una fotografía, recientemente difundida en otro blog, aún puede verse la
portada en el palacio situado al final de la calle, haciendo esquina con la de
Alfaro Malumbres.
Cuando
sus propietarios decidieron retirarlo, el Ayuntamiento y el Centro de Estudios
Borjanos decidieron buscarle acomodo en la plaza del Mercado para evitar que
desapareciera, aunque lo lógico hubiera sido mantenerlo en su lugar.
El
edificio, por sus dimensiones y tipología, tenía indudable interés aunque ha
sufrido importantes transformaciones.
Una
de sus características mas destacadas es el aparejo de sus muros con dobles
ladrillos dispuestos a tizón en su planta noble, rejuntados y con las huellas
marcadas, una técnica poco frecuente en nuestra ciudad, donde en la mayoría de las casas se utiliza el
ladrillo a soga, propio de las construcciones del siglo XVI.
Esta
técnica es la que se ha utilizado en las remodelaciones a las que ha sido
sometido el edificio, aunque debemos señalar que la misma también está presente
en la planta superior.
Lo
mismo ha ocurrido en algunos vanos, como los de la calle Carreteros, lo que
viene a demostrar que no basta con utilizar ladrillo visto, sino que es preciso
adecuarlo a las características arquitectónicas de cada edificio. Por ello,
insistimos en la necesidad de aprobar, cuanto antes, el Plan Especial del Casco
Antiguo con el fin de que sirva como norma reguladora de todas estas
actuaciones.
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