La
existencia de unos bancos destinados específicamente a los miembros del M. I.
Ayuntamiento, cuando asisten en corporación a las funciones religiosas que se
celebran en la principal iglesia de la ciudad, se remontan a la Edad Media.
Este comentario ha surgido al analizar
esta antigua postal que nos han remitido al Centro, en la que se observan
algunos detalles interesantes.
Por
un lado, sabemos que corresponde a la fiesta del Sagrado Corazón, cuya imagen
se colocaba en el retablo mayor de Santa María, durante su novena, al igual que
se hacía en otras ocasiones, como tuvimos ocasión de comprobar con la
fotografía publicada el día de la Virgen del Carmen.
En
este caso el dosel es diferente y, en los laterales del retablo se disponían
unas grandes cortinas de color rojo con unas grecas de galón dorado. En las
festividades marianas se utilizaban y se siguen utilizando otras similares de
color azul.
Además
de los adornos florales, si se observa con atención, se aprecia una compleja
iluminación formada por guirnaldas de bombillas que abrazan las columnas del
retablo, rodean el marco de madera que se disponía en torno al primer cuerpo
del mismo e, incluso, llegan hasta la verja y las ménsulas donde se disponen
los ángeles laterales. Dadas las características de estos tendidos eléctricos
provisionales parece increíble que aquello funcionara sin que se produjeran
cortocircuitos.
Como
puede verse, el presbiterio era de dimensiones mucho más reducidas y estaba
delimitado por esa verja o cancela que, tras las reformas postconciliares fue
utilizada para cerrar las capillas de San Esteban y San Antón. Es curioso que
el magnífico frontal de estuco veneciano que se encuentra al pie del retablo,
en la actualidad, fuera ocultado con otro frontal móvil, como se aprecia en la
imagen.
Al
otro lado de la verja, se disponen los dos bancos de la corporación municipal,
dispuestos en torno a la “vía sacra”. Eran unos bancos de madera, tapizados con
terciopelo rojo, cada uno de los cuales tenía capacidad para ocho personas.
Delante de ellos se colocaban unas alfombras y, en ocasiones, cojines rojos.
Cuando no eran utilizados se cubrían con una fundas de madera.
Nada
se sabe del destino que se dio a estos muebles de propiedad municipal y, de
hecho, esta es la primera fotografía que ha llegado a nuestro archivo en la que
aparecen.
Comoquiera
que la corporación sigue asistiendo a determinados actos, utilizan estos otros,
también tapizados en terciopelo rojo, aunque adosados a los laterales de la
nave.
El
problema radica es que son de menor tamaño. De hecho, tienen capacidad para
cuatro personas, cada uno de ellos, aunque con buena voluntad y mucha
incomodidad se pueden acomodar cinco. Por lo tanto, resultan insuficientes para
los miembros que, actualmente, componen la corporación.
Estos
bancos proceden del Salón de Reyes de la Casa Consistorial y tienen interés,
pues fueron construidos en el siglo XVIII, siendo de estilo Luis XV. Estuvieron
presentes en la exposición “El municipio en Aragón” celebrada en el Palacio de
Sástago, en 2004, con motivo de los 25 años de “ayuntamientos en Democracia”.
En
el catálogo de dicha exposición se destacaba la importancia de esta sillería
integrada por un banco central, con las armas de la ciudad y otros dos más, sin
percatarse de que los de Santa María formaban parte del mismo conjunto.
Con
motivo de su exhibición fueron restaurados, sustituyendo el barnizado con el
color azul que, al parecer, era el original.
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