Obras de Arte procedentes de la ermita de San Jorge

            En los últimos meses hemos dedicado varios artículos a la ermita de San Jorge, relacionados con la fiesta del Santo y la campana existente en ella.

            En la actualidad, en el interior del templo sólo se conserva el retablo que procede del antiguo convento de dominicos. El resto de obras de arte fue retirado, debido a los robos que se produjeron en varias ermitas de nuestra zona. Fue una medida acertada, aunque, en estos casos, es conveniente dejar constancia escrita de lo que se retira y del destino provisional ya que, si no se hace, se pierde la memoria de lo que había en cada lugar y, más tarde, se plantean dudas sobre la propiedad de las obras.

            En este caso, en concreto, hemos encontrado una descripción de la ermita publicada por el P. fray Toribio María de la Cruz O.H. en un programa de la Hermandad de Nuestra Señora de la Peana de Zaragoza. En ella se hacía referencia a los “cuadros de escaso valor pictórico” que decoraban sus paredes.

            Uno de ellos era un lienzo del Beato Ángel de Acri que, actualmente, se encuentra en el hospital Sancti Spiritus. El beato Ángel (1669-1731) fue un capuchino que profesó en la orden en 1691. Gozó de gran popularidad como predicador por todo el sur de Italia y fue elevado a los altares por S. S. el Papa León XII en 1825. Es muy probable que el lienzo proceda del antiguo convento de capuchinos de Borja donde, por cierto, se encuentra ahora el hospital, trasladado a ese lugar que pasó a propiedad municipal, en 1869, tras diversos avatares.

            Otro de los cuadros retirados de San Jorge es un lienzo del Niño Jesús que, ahora, se encuentra en el convento de la Concepción. Su iconografía es muy curiosa, pues el Niño está sentado y vestido de cardenal, con la bola del mundo a sus pies y la tiara pontificia sobre una mesa situada a uno de sus lados. Para el P. Toribio Mª de la Cruz “la composición es un despropósito y un anacronismo imperdonable”. En la descalificación del artista llega hasta el punto de señalar que “quien manejó tal pincel estaba de broma y así dejó su obra para la posteridad”.

            Había además una representación de la Transfiguración y varias litografías cuyo destino ignoramos. Ello nos induce a exponer la necesidad de realizar cuanto antes un inventario de los bienes artísticos del M. I. Ayuntamiento, de la Fundación “Hospital Sancti Spiritus y, también, de la Iglesia, con el objeto de aclarar el origen de cada obra y evitar problemas en el futuro.