martes, 3 de julio de 2012

Interrogantes en torno a una fotografía



            José María Belsué Catarecha nos ha remitido esta antigua fotografía que, a primera vista, parece corresponder a la llegada de la procesión de nuestra patrona, la Virgen de la Peana, a la colegiata.
            Sin embargo, no es así. Entre otras razones porque la imagen que desfila sobre el trono, aun siendo la de la Virgen, es de menor tamaño. Por otra parte, desde que se creó el Rosario de Cristal en 1928, la entrada de la procesión tiene lugar cuando ya es de noche. Algunos han apuntado la posibilidad de que corresponde al traslado de la imagen realizada por la Hermandad de Barcelona desde el parque hasta Santa María. No podemos asegurarlo, por el momento, pero la foto no tiene desperdicio.
            En ella puede verse el estado de la plaza de Ntra. Sra. de la Peana con el antiguo empedrado y la fuente, en primer término, a la que se dirige un monaguillo para calmar su sed. Al fondo, donde hoy se encuentra el llamado “Edificio Goya”, pueden verse los almacenes de Teodoro Aragón, contiguos a la carpintería existente en el edificio del actual Museo de la Colegiata.
            Encabezando el desfile aparece la Cruz parroquial, entre cirios, y un nutrido grupo de monaguillos. Siguen, a continuación, tres sacerdotes con sus mucetas y bonetes. Los del fondo parecen ser D. Mario Foncillas y D. Ángel Irache. El primero de ellos era beneficiado de Santa María y el segundo coadjutor de San Bartolomé. No hemos identificado al otro sacerdote que apoya su mano sobre el monaguillo que le precede.
            Delante del trono de la Virgen desfilan tres jóvenes ataviadas con el traje regional. La peana es la existente hasta 1989, cuando con ocasión del II Centenario de la Virgen se modificó la parte posterior de la misma. Es llevada por doce porteadores con sus albas blancas, como es habitual en Borja. Le dan escolta dos números de la Guardia Civil con tricornio negro y fusil al hombro.
            Tras ella marchan tres sacerdotes, de los que, tan sólo se ve a uno, revestido de dalmática que parece ser D. Primo Irache, capellán de la Virgen durante muchos años. A continuación el M. I. Ayuntamiento en corporación bajo mazas.
            Cierra el desfile un nutrido grupo de personas, algo que no sería lógico de tratarse de una procesión pues deberían ir delante de la Virgen.
            Podemos ver también los balcones engalanados y el detalle curioso de una niña que se arrodilla al paso de la imagen.
            En resumen, un curioso testimonio gráfico de una ceremonia que esperamos, con la ayuda de alguno de nuestros sagaces lectores, poder identificar.

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