Días
pasados se difundió en ese gran escaparate de las inquietudes borjanas que es
la página de Facebook “Gentes de Borja”, esta fotografía realizada por Juan
Mora Insa que, con toda probabilidad, fue realizada con ocasión del rodaje en
nuestra ciudad de la primera versión de Nobleza
Baturra. Como ya hemos comentado en otra ocasión, tuvo lugar en los últimos
días de junio de 1925. Fue protagonizada por la actriz de Uncastillo Ino
Alcubierre y, en ella, participaron como figurantes muchas personas de Borja.
Algunas de ellas,
decidieron inmortalizarse en el estudio que, por entonces, tenía en la plaza
del Olmo el gran fotógrafo aragonés. El joven que aparece en el centro es
Julián Belsué tío abuelo de nuestro colaborador D. José María Belsué Catarecha,
el cual ha identificado al resto del grupo. De pie, y de izquierda a derecha,
aparecen Antonia Sánchez Andrés, su
hermana Francisca Sánchez Andrés y Julia Irache Gurrial. Sentadas se encuentran
Pilar Ruberte y María Almau Santamaría.
A algunos podrá
sorprenderles el vestuario de las jóvenes e, incluso, el collar que luce una de
ellas. Sin embargo, es muy similar al de otras personas que participaron en el
rodaje como se constata en este fotograma rodado en la plaza del Mercado, donde
aparece la protagonista rodeada de jóvenes y no tan jóvenes borjanas. Dos de
ellas lucen el mismo tipo de collar.
Julián Belsué fue un
jotero importante al que vemos, mucho mayor, en este programa editado con
ocasión del homenaje que le fue tributado, junto a Juan Pasamar, otro jotero
del que no tenemos, por el momento, noticias.
Fue organizado por “Los
amigos de la Jota” en septiembre de 1965,
coincidiendo con la visita realizada a Borja por la peña “El Cachirulo” de
Zaragoza y la de “El Moquero” de Barcelona. Debemos recordar que “Los amigos de
la Jota” fue una iniciativa del gran
músico borjano D. Dimas Lajusticia y, en sus momentos, representó una gran
aportación para el mantenimiento de la afición a la Jota en nuestra ciudad. Así
lo reconocía D. Demetrio Galán Bergua en su obra El libro de la Jota Aragonesa, publicado en 1966, que entró en
contacto con ellos, precisamente durante esa jornada.
Es curioso que el
recuerdo de muchos de nuestros joteros se haya ido perdiendo si que, todavía se
haya realizado un estudio de los mismos. Es cierto que no llegaron a destacar
en los certámenes oficiales de jota ni grabaron discos, pero la relevancia local
que alcanzaron les hace merecedores, al menos, de que se conserve la memoria de
sus nombres.
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