El
Dr. D. Miguel Ángel Pallarés nos ha llamado la atención sobre un artículo
aparecido en el nº 123 de la revista Argensola,
editada por el Instituto de Estudios Altoaragoneses, que nos había pasado
desapercibido, a pesar del interés que ponemos en revisar todas las
publicaciones que llegan a nuestra biblioteca.
Lleva
por título “El curioso ejemplar B-39-6114, de la Biblioteca Pública de Huesca:
Una nueva adición a la tipobibliogafía zaragozana del siglo XVI y un documento
autógrafo del arzobispo D. Hernando de Aragón” y su autora es Dª María Remedios
Moralejo Alvárez, antigua Directora de la Biblioteca General Universitaria de
Zaragoza quien, por otra parte, está vinculada con nuestra ciudad, por razón de
su matrimonio.
En
él da noticia del hallazgo, en la citada biblioteca oscense de un volumen
facticio, en 8º, en el que se reunieron el Libro
de la oración del cartujo Andrés Capilla y la Carta o Coloquio interior de Cristo nuestro redentor al ánima devota,
de Juan Lanspergio, impresos ambos en Zaragoza por Anna de Nájera, en 1573.
Hasta el momento, no se conocía ningún ejemplar de dicha edición. Pero, para
nosotros, el interés radica en el pergamino que, en un momento indeterminado,
fue utilizado para encuadernarlo.
Porque
ese pergamino corresponde al título de Bachiller en Artes, otorgado al borjano
Pedro Bartolomé Torralva en 1574. Tras acreditar su rectitud de costumbres y su
laudable honestidd y reputación, el candidato a bachiller, fue sometido a un
riguroso examen público en el palacio arzobispal de Zaragoza y tras la
correspondiente profesión de fe y jurar ante los cuatro Evangelios, recibió el
título que está firmado por D. Hernando de Aragón que, en aquellos momentos,
ocupaba la sede cesaraugustana y su secretario Lope Marco, bien conocido por
todos ya que sucedió a D. Hernando como abad del monasterio de Veruela. Como
testigos aparecen Juan Navarro y Juan Jerónimo López, ambos sacerdotes y
profesores de la universidad.
La
utilización de antiguos pergaminos para la encuadernación no es un hecho
inusual. Basta recordar el hallazgo de la capitulación del retablo gótico de la
colegiata de Santa María de Borja, en un protocolo del Archivo Histórico de
Protocolos Notariales de nuestra ciudad.
Del
bachiller Torralva no teníamos constancia, aunque el apellido “Torralva” o “Torralba”
estuvo presente en Borja, en el siglo XVI. Aquí había nacido Juan Francisco
Torralba y Erla que se graduó como Doctor en Cánones el 30 de noviembre de 1583
y como Doctor en Leyes al año siguiente. En 1586 fue nombrado lugarteniente del
Justicia de Aragón, viéndose envuelto en los trágicos acontecimientos acaecidos
en la capital aragonesa, tras la entrada del ejército real en 1591 que
culminaron con la ejecución de D. Juan de Lanuza. Torralba fue destituido pero,
en 1592, vuelve a aparecer como “regente”. Según D. Manuel Jiménez Catalán, fue
catedrático de Prima en la Universidad de Zaragoza.
También
era de Borja Pedro Luis Torralba, abogado de profesión, que el 9 de febrero de
1604, prestó juramento ante el Justicia de Aragón D. Martín Batista de Lanuza,
para ejercer ante la cámara del Consejo de dicho Justica. De ellos dimos cuenta
en nuestro Diccionario Biográfico,
aunque no existe todavía un estudio sobre la relación familiar de estos
personajes, a los que viene a sumarse, ahora, el protagonista del hallazgo
comentado.
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