Cuando
recientemente tuvimos la oportunidad de ascender a la torre de Utebo, pudimos
distinguir desde el balconcillo que rodea su coronamiento este ejemplar de
olivo que nos llamó la atención por sus características.
Según
nos informaron, procede de una localidad de nuestra comarca de donde fue
trasladado a su actual emplazamiento, como motivo ornamental, habiéndose
adaptado perfectamente.
Debemos
sumarlo, por lo tanto, a esa relación de olivos “monumentales” en la que
estamos tan interesados, dada la importancia que tiene la preservación de estas
plantas singulares.
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