Del
23 al 25 de octubre tendrán lugar en Zaragoza y Calatayud las VII Jornadas
Internacionales de Estudio, organizadas por el Centro de Estudios de la Orden
del Santo Sepulcro, en las que va participar nuestro Centro, con una
comunicación sobre los Cristos yacentes de Borja.
De
ello, informaremos más ampliamente en días posteriores, porque hoy queremos
destacar que la sede elegida en Zaragoza, para el desarrollo de dos de las
sesiones, es el Centro “Joaquín Roncal”, sede la Fundación CAI, situado en la
calle San Braulio, cuyo nombre recuerda a un ilustre hijo de Mallén.
Se
trata de D. Joaquín Roncal Cabrejas, nacido en esa localidad el 3 de junio de
1841, al que la Asociación Cultural Belsinon dedicó uno de sus trípticos y que
nosotros también incluimos en el volumen III de nuestro Diccionario Biográfico.
A
los 16 años, sentó plaza como cadete en el Colegio de Infantería de Toledo que,
ocho antes, había inaugurado la reina Isabel II. Llegó a alcanzar el empleo
de Capitán, pero, en julio de 1869, tras
la revolución de “La Gloriosa”, decidió solicitar el retiro, iniciando los
estudios de Derecho. Al terminar la carrera, tras la Restauración monárquica,
volvió al Ejército como Capitán Jurídico, ascendido a Comandante por méritos de
guerra.
Se retiró en 1895, con
el empleo de Teniente Coronel, fijando su residencia en Mallén y Zaragoza. Muy
pronto destaca por su preocupación social, convirtiéndose en uno de los grandes
propagadores del cooperativismo en nuestra región, siguiendo las pautas
marcadas por la doctrina social de la Iglesia que, en aquellos momentos,
comenzaba a tomar forma.
En
1902 fundó la Cooperativa de Consumo Cívico-Militar de Zaragoza y, en 1904,
presentó ante la Real Sociedad Económica de Amigos del País, de la que era
miembro, una iniciativa para proteger a los agricultores frente a la usura.
Al
crearse la Acción Católica fue nombrado Vice-Presidente de la sección de Obras
Sociales y cuando, impulsada por ella, se fundó la Caja Obrera de Ahorros y
Préstamos de la Inmaculada Concepción, la que luego sería CAI, fue elegido como
primer director de la misma, puesto que desempeñó hasta 1908.
Al
cesar en el cargo, trasladó su residencia, de manera definitiva, a la casa que
poseía en la calle del Pilar nº 16 de Mallén, donde falleció el 8 de mayo de
1913, siendo enterrado en el cementerio de esa localidad, dejando siete hijos.
De ellos, hemos podido constatar que Federico siguió la carrera militar en el
Arma de Infantería, pues en 1922 era destinado, como Teniente Coronel al
regimiento Inca nº 62.
Cuando
la Caja de Ahorros de la Inmaculada celebró, en 2005, su primer centenario
quiso honrar su memoria dando su nombre al Centro en el que se desarrollarán
las Jornadas que han dado origen a este artículo.
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