martes, 28 de octubre de 2014

Neveras de Añón I



            El pasado año publicamos un artículo sobre las neveras que Borja tenía, durante los siglos XVI y XVII, en el término municipal de Talamantes, a partir de los datos reunidos por Guillermo Carranza Alcalde. Poco después, Josefina Cascán nos remitió unas imágenes de los “pozos de nieve” existentes en el de Añón.
            Ahora, Guillermo Carranza nos ha enviado abundante información sobre estas construcciones que ha localizado, en compañía de Roberto Cascán, un buen conocedor de la zona.

            De entrada, han situado tres agrupaciones de pozos. Una de ellas, conocida como “pozos de Borja” es la que ya dimos a conocer. Está situada en el barranco de Valdemanzano y, cerca de ella, hay otro nevero. La tercera se encuentra en el barranco de Pigallo, estando señalada en el mapa con el nombre de “Umbría de las neveras”.




            Estas construcciones seguían una pauta general, en cuanto a tamaño y orientación, casi siempre hacia el Este o Noreste, para evitar las horas más calientes del día y se ubicaban, preferentemente, en el fondo de los barrancos. Para que su efectividad fuera mayor, se escavaban a partir de los 1.400 metros de altura.
            Se detectan dos tipologías según el tamaño de los pozos: Por un lado, los pozos grandes en los que lo habitual era abrir un agujero en la ladera del monte de unos 15 metros de diámetro, reforzándolo con un muro de piedra seca y tierra en la parte baja del pozo; la forma interior sería troncocónica. La pared del pozo puede estar reforzada por una corona de piedra seca, de un metro aproximado de altura y la profundidad interior del pozo puede oscilar entre tres y cinco metros. Había además otros pozos más pequeños, con un diámetro de 5 metros, totalmente revestidos de piedra seca. La altura original de estos pozos se desconoce porque están llenos de maleza.



            Hoy vamos a hacer referencia al nevero que se conserva junto a uno de los caminos forestales que suben por la ladera derecha del barranco de Valdemanzano. Está situado  a 1.385 metros de altitud, en pleno hayedo. 



          Excavado sobre la ladera, la parte baja está reforzada con un muro de piedra seca de tres metros de altura (el fondo del pozo está lleno de tierra que le cae de la ladera del camino). Tiene orientación oeste, algo excepcional. Su tamaño es aproximadamente la mitad de uno de los grandes, de lo que se deduce que la nieve comercializada tendría un mercado muy limitado. En sus inmediaciones hay numerosas “plazas” de antiguas carboneras, lo que puede explicar una explotación conjunta de los recursos del monte.



            Esta es una imagen del pozo en invierno que ya dimos a conocer en su momento, pero que nos permite formarnos una idea de cómo se llenaría mediante la nieve arrastrada hasta ese lugar.
            En un próximo artículo, ofreceremos imágenes de los pozos del barranco de Pigallo que son completamente inéditas.

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