El
18 de noviembre de 1975, tres jóvenes alumnos de la Escuela de Artes Aplicadas
y Oficios Artísticos de Zaragoza, Miguel Ángel Domínguez, Carmelo Caneiro y
Vicente Villarrocha, inauguraban en la Facultad de Filosofía y Letras una exposición
que, poco después, se clausuraría en señal de duelo por la muerte del Jefe del
Estado.
Estos
tres alumnos “inconscientes” habían formado el grupo Algarada que ya había
tenido un precedente en el que también estuvieron presentes Miguel Ángel
Domínguez y Vicente Villarrocha.
Ahora,
cuarenta años después de aquella presentación, han vuelto a reunirse en el
Espacio Cultural Huecha, de Alberite de San Juan, en una interesante exposición
con la que se clausuran las actividades culturales de esta temporada.
El
acontecimiento reunió a un entusiasta grupo de personas que brindaron por los
autores y escucharon las palabras que, a modo de presentación, pronunció Juan
Alonso, aunque el sentido de la muestra se resume a la perfección en una hoja
de desenfada redacción que fue distribuida entre los asistentes. Merece la pena
reproducir su contenido, ilustrándolo con imágenes de lo que ayer pudimos ver
en Alberite.
Al
pie del texto figura la firma de B. Gimeno, el seudónimo que ha utilizado Vicente
Villarrocha durante su etapa de crítico de Arte en Andalán y otros medios, al que por lo tanto consideramos responsable de un texto magnífico en el que,
al referirse a aquella exposición de arranque, afirma: “Y así dos días antes
del fallecimiento oficial del generalísmo, que había intentado imposibilitar
hasta lo insoportable las ilusiones de una generación que –lo que son las
cosas- acabaría jodiéndolo todo (en sentido literal), tres idiotas ilusionados
inauguraban una exposición de dibujos en un espacio de cuyo nombre no quiero
acordarme, habilitado con la misma ilusión (hay que decirlo) para soñar un
tiempo deseado”.
“Y
casi cuarenta años después, aquí están, sin melancolías ni memeces, los tres
idiotas de la foto del díptico de la exposición que se cerró, en su día, por
duelo oficial”.
“Miguel
Ángel (Domínguez) le pone sitio a la celebración estructural con una ilusión “metafísica”
que me gustaría definir como un subterfugio del existencialismo más romántico,
o introvertido, o yo que sé”.
Y prosigue el texto que
estamos reproduciendo: “Carmelo (Caneiro) ha canalizado la música, la vibración
de los “momentos”, la memoria de las sensaciones, etc.”
“Y
Vicente (Villarrocha) mi “alter ego”, alpinista elemental, dibujante dispuestos
y situacionista decidido, vuelve a sus “mapas” trazados en tardes agotadas”.
Y
termina afirmando: “Lo que quiero decir con estas líneas es que estos tres
ciudadanos nada sospechosos de nada, rescatan de su supuesto fracaso sus
triunfos más honestos. Viven –que no es poco- y vuelven una y otra vez a
evidenciar esa “necesidad interior” de pergeñas una cierta memoria de las
sensaciones frente a la realidad superficial que se les disuelve alrededor. Y
que lo llevan haciendo, sin pedir permiso, casi cuarenta años consecutivos (que
tiene su guasa)”.
Nuestra
felicitación a los jóvenes de Algarada, por su vitalidad, su trabajo y su
compromiso manifestado a lo largo de estos años y a todos los que pudieron
compartir ayer una celebración tan entrañable.
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