domingo, 27 de septiembre de 2015

Algarada, cuarenta años después


            El 18 de noviembre de 1975, tres jóvenes alumnos de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Zaragoza, Miguel Ángel Domínguez, Carmelo Caneiro y Vicente Villarrocha, inauguraban en la Facultad de Filosofía y Letras una exposición que, poco después, se clausuraría en señal de duelo por la muerte del Jefe del Estado.

            Estos tres alumnos “inconscientes” habían formado el grupo Algarada que ya había tenido un precedente en el que también estuvieron presentes Miguel Ángel Domínguez y Vicente Villarrocha.



            Ahora, cuarenta años después de aquella presentación, han vuelto a reunirse en el Espacio Cultural Huecha, de Alberite de San Juan, en una interesante exposición con la que se clausuran las actividades culturales de esta temporada. 





            El acontecimiento reunió a un entusiasta grupo de personas que brindaron por los autores y escucharon las palabras que, a modo de presentación, pronunció Juan Alonso, aunque el sentido de la muestra se resume a la perfección en una hoja de desenfada redacción que fue distribuida entre los asistentes. Merece la pena reproducir su contenido, ilustrándolo con imágenes de lo que ayer pudimos ver en Alberite.



            Al pie del texto figura la firma de B. Gimeno, el seudónimo que ha utilizado Vicente Villarrocha durante su etapa de crítico de Arte en Andalán y otros medios, al que por lo tanto consideramos  responsable de un texto magnífico en el que, al referirse a aquella exposición de arranque, afirma: “Y así dos días antes del fallecimiento oficial del generalísmo, que había intentado imposibilitar hasta lo insoportable las ilusiones de una generación que –lo que son las cosas- acabaría jodiéndolo todo (en sentido literal), tres idiotas ilusionados inauguraban una exposición de dibujos en un espacio de cuyo nombre no quiero acordarme, habilitado con la misma ilusión (hay que decirlo) para soñar un tiempo deseado”. 



            “Y casi cuarenta años después, aquí están, sin melancolías ni memeces, los tres idiotas de la foto del díptico de la exposición que se cerró, en su día, por duelo oficial”. 





            “Miguel Ángel (Domínguez) le pone sitio a la celebración estructural con una ilusión “metafísica” que me gustaría definir como un subterfugio del existencialismo más romántico, o introvertido, o yo que sé”.





Y prosigue el texto que estamos reproduciendo: “Carmelo (Caneiro) ha canalizado la música, la vibración de los “momentos”, la memoria de las sensaciones, etc.”





            “Y Vicente (Villarrocha) mi “alter ego”, alpinista elemental, dibujante dispuestos y situacionista decidido, vuelve a sus “mapas” trazados en tardes agotadas”. 



            Y termina afirmando: “Lo que quiero decir con estas líneas es que estos tres ciudadanos nada sospechosos de nada, rescatan de su supuesto fracaso sus triunfos más honestos. Viven –que no es poco- y vuelven una y otra vez a evidenciar esa “necesidad interior” de pergeñas una cierta memoria de las sensaciones frente a la realidad superficial que se les disuelve alrededor. Y que lo llevan haciendo, sin pedir permiso, casi cuarenta años consecutivos (que tiene su guasa)”.




            Nuestra felicitación a los jóvenes de Algarada, por su vitalidad, su trabajo y su compromiso manifestado a lo largo de estos años y a todos los que pudieron compartir ayer una celebración tan entrañable.

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