En
este lugar había sido publicado un bonito artículo sobre una expedición al
Moncayo. Ante el eco alcanzado por el mismo y las peticiones recibidas para que
modificáramos su contenido, hemos decidido acceder a las mismas, manteniendo aquellas imágenes que, como restos de un naufragio, al menos dejen constancia de su fugaz existencia.
Esta es sin duda la imagen
más representativa de todas. Árboles e ilusiones truncados tras el paso del
huracán que todo lo puede.
Aquí
queda la visión agreste del monte, en una imagen recortada. Arriba, en lo alto, la patrona
de Aragón nos bendice desde su pilar.
Terminamos
con estas bonitas fotografías de Enrique Lacleta, esperando que el insecto
capturado en su intimidad no se sienta especialmente contrariado.
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