La
ermita de Nuestra Señora de la Huerta de Fréscano es, como ya hemos comentado
en otras ocasiones, uno de los monumentos más importantes de nuestra comarca,
especialmente por las pinturas murales que en él se conservan.
Hoy,
sin embargo, vamos a hacer referencia al pequeño retablo barroco en el que se
veneraba la imagen de su titular, una Virgen románica sedente que, en la
actualidad se guarda en lugar seguro.
Como
se hace constar en el banco del mismo, fue mandado hacer por Valero Sarria, ermitaño
en ese lugar, y allí están representados San Valero y San Antonio Abad. El
primero, homónimo del ermitaño, aparecen revestido con capa pluvial roja y los
atributos episcopales: mitra y báculo. El segundo, uno de los primeros
eremitas, tiene a su lado el cerdo con campanilla y, en sus manos, un libro
abierto. Al fondo se aprecia un edificio en llamas, como referencia a un
conocido milagro y a la relación del Santo con el fuego, como sanador del
ergotismo, una enfermedad provocada por el cornezuelo del centeno, conocida en
época medieval como “fuego de San Antón”.
En
el entablamento que corre por la parte superior está reseñada la fecha de
realización del retablo: Ano 1736. En las columnas salomónicas que lo flanquean
y junto a motivos vegetales hay cabezas de angelitos, con las características
habituales en ese tipo de representaciones.
Distinto
es el caso de las ménsulas que soportan las columnas, formadas por cabezas de
niños que, en este caso, son negros. Hace ya algún tiempo, dimos noticia de un
ángel negro que se encuentra en el retablo mayor de la iglesia parroquial de
Cercedilla (Madrid). En el caso que nos
ocupa de Fréscano, es dudoso que lo representado sean ángeles. Que son negros
no cabe la menor duda y, cuando los fotografíamos, la restauradora Dª Encarna Ripollés consideraba que era la capa
pìctórica original. Sin embargo, la diadema dorada que nimba su frente y el
rojo que cubre su cabeza, a manera de turbante, así como su propio
emplazamiento permiten plantear otras hipótesis, aunque lo llamativo es que
sean precisamente negros.
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