jueves, 12 de noviembre de 2015

Iconografía de Santa Teresa de Jesús


            Ahora que se van apagando los homenajes tributados a la gran Santa de Ávila (1515-1582), con ocasión del V centenario de su nacimiento, nos ha parecido oportuno dedicar un breve comentario a la iconografía más frecuente que suele acompañar a sus representaciones, tomando como ejemplo esta hermosa escultura del Museo de Santa Clara. En ese claustro de franciscanas clarisas se le ha venido tributando especial culto a la reformadora del Carmelo, merced a la fundación instituida, a comienzos del siglo XVIII, por el obispo D. Francisco Sallent, gran devoto de la Santa. 



            En esta imagen, como suele ser habitual, la Santa viste el hábito de la Orden del Carmelo y lleva en su mano derecha una pluma, mientras que en la izquierda sostiene un libro, en alusión a sus escritos que hicieron posible que el Beato Pablo VI la declarara Doctora de la Iglesia, el 27 de septiembre de 1970, siendo  la primera mujer, junto a Santa Catalina de Siena, en obtener este reconocimiento. 




            Muchos años después, entró en el Carmelo de Lisieux una joven de 15 años llamada María Francisca Teresa Martín Guerin (1873-1897). Seguía los pasos de Santa Teresa de Jesús y tomó el nombre de Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, aunque sería conocida como Santa Teresita del Niño Jesús, porque su corta estancia en el convento, antes de fallecer a los 24 años de edad víctima de la tuberculosis, destacó por una vida de intensa piedad y de entrega generosa a una vocación entendida como un servicio a los demás, a través del sacrificio y la oración. La difusión de sus escritos tuvo un enorme eco en toda Francia. Tras ser beatificada en 1923, dos años después era proclamada Santa por S. S. el Papa Pío XI. En 1944, era declarada co-patrona de Francia y en 1997, S. Juan Pablo II, la proclamó Doctora de la Iglesia. Era la tercera mujer en alcanzar este reconocimiento, después de las citadas anteriormente. 



            Al ser una Santa contemporánea, se conservan fotografías suyas como la reproducida anteriormente. Sin embargo, al alcanzar la Santidad fue establecido un modelo iconográfico para la representación de las imágenes de culto. Viste, como es lógico, el hábito de las carmelitas y, como atributos propios aparece teniendo una Cruz entre sus brazos con un ramo de rosas. 




            Estamos por lo tanto ante dos Santas de nombre parecido, cuyas representaciones se distinguen perfectamente por lo atributos asignados a cada una de ellas. Ambas pertenecieron a la misma orden; ambas alcanzaron la santidad y las dos merecieron ser reconocidas como “Doctoras de la Iglesia”.
            Santa Teresita siguió, en gran medida, los pasos de Santa Teresa aunque, justo es reconocerlo, ha logrado cosas que la Santa de Ávila no ha podido alcanzar todavía. Así, mientras que en Lisieux se levantó la magnífica basílica que aparece en la fotografía superior, la dedicada a Santa Teresa en Alba de Tormes quedó interrumpida. Por otra parte, Santa Teresa de Jesús fue declarada en 1626 co-patrona de España, lo que fue reconocido por S.S. Urbano VIII en 1627, pero esta decisión fue revocada. Santa Teresita en cambio sigue siendo co-patrona de Francia con Santa Juana de Arco.



            Ahora, con motivo de algunos homenajes tributados a Santa Teresa, su lugar ha sido ocupado por imágenes de Santa Teresita. Afortunadamente, como afirman los teólogos, el Cielo es un lugar de paz, donde no anidan los rencores ni los enfrentamientos como en este mundo terrenal. En caso contrario, no dudamos que Santa Teresa, mujer de mucho carácter, andaría persiguiendo con su cayado a la pobre Santa Teresita que, en realidad, no tiene la culpa de lo ocurrido.

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