A
raíz de la publicación del catálogo de Puntos de Interés Geológico de Aragón,
Pedro Domínguez Barrios nos trajo una colección de fotografías del cerro de la
Molilla en torno al cual se dispone la villa de Magallón y en cuya parte
superior se levanta el magnífico edificio de su iglesia parroquial, que por
razones incomprensibles todavía no ha recibido ningún tipo de protección,
cuando merecería ser Bien de Interés Cultural.
Pedro
llamaba la atención sobre las capas de diferentes materiales que se aprecian en
su configuración. Ha recabado el informe de D. José Antonio Gonzalo Sobrino quien, a la vista de
esa serie de depósitos de arcillas, limos y yesos, coronados por un estrato
calizo, sitúa esta columna de materiales en una posible cuenca sedimentaria
continental de finales del Terciario.
Todos
ellos se formarían en el Plioceno superior (hace unos 4 millones de años) y
esas capas de horizontales de arenas, limos de diferentes colores y yesos
corresponde a la acumulación de depósitos de materiales detríticos muy finos,
arrastrados desde las montañas próximas y sedimentados en el fondo de un área
lacustre poco profunda, a lo largo de un dilatado período en el que alternaron
diversos ciclos climáticos. En las épocas más lluviosas sería abundante la
presencia de materiales gruesos, como gravas y arenas, mientras que las etapas
secas se formaron las rocas evaporíticas, representadas por esas capas de yeso
que se aprecian claramente.
Pedro
llamaba la atención sobre las capas de diferentes materiales que se aprecian en
su configuración. Ha recabado el informe de un especialista que, a la vista de
esa serie de depósitos de arcillas, limos y yesos, coronados por un estrato
calizo, sitúa esta columna de materiales en una posible cuenca sedimentaria
continental de finales del Terciario.
Todos
ellos se formarían en el Plioceno superior (hace unos 4 millones de años) y
esas capas de horizontales de arenas, limos de diferentes colores y yesos
corresponde a la acumulación de depósitos de materiales detríticos muy finos,
arrastrados desde las montañas próximas y sedimentados en el fondo de un área
lacustre poco profunda, a lo largo de un dilatado período en el que alternaron
diversos ciclos climáticos. En las épocas más lluviosas sería abundante la
presencia de materiales gruesos, como gravas y arenas, mientras que las etapas
secas se formaron las rocas evaporíticas, representadas por esas capas de yeso
que se aprecian claramente.
Preciosa alternancia de colores terrosos.
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