A
menos de 20 km de Borja se encuentra el castillo de Cortes de Navarra, una
localidad especialmente vinculada a nuestra ciudad, pues de allí partía el
ferrocarril de vía estrecha que, durante mucho tiempo, dio salida a los
productos de nuestra comarca.
Hace
unos días, con motivo de la presentación del libro de Alfonso Marco, los asistentes visitaron el castillo de esa localidad y Pedro Domínguez Barrios nos remitió unas fotografías
del mismo que, complementadas con las que hemos obtenido en Internet, nos han
servido para elaborar este artículo que pretende recordar la belleza de ese monumento,
declarado Bien de Interés Cultural en 1993, estimular a nuestros lectores a que
lo visiten y destacar la rehabilitación llevada a cabo en el mismo, permitiendo
su conservación y su transformación en un importante recurso cultural.
La imagen
exterior del edificio, fruto de las reformas llevadas a cabo en el transcurso
de los siglos, poco tiene que ver con el original que presentaba varias torres
de las que sólo se ha conservado la del homenaje, en torno a la cual se articula
todo el conjunto que, perdida su función militar, se convirtió en residencia
palaciega, a la que en el siglo XIX se le dotó de un aspecto neogótico, al
gusto de la época.
El
castillo, situado en la frontera de Aragón, tuvo una gran importancia en el
devenir histórico de ambos reinos. Desde 1234 fue propiedad de la corona
navarra y lugar de residencia frecuente del rey Carlos
III el Noble. Su hija Blanca de Navarra fue la primera esposa de Juan II de
Aragón, de cuya unión nació el Príncipe de Viana que terminó enfrentado con su
padre, dando origen a una contienda civil. Este rey aragonés donó el castillo
de Cortes a D. Alonso de Aragón, hijo natural suyo que, en 1476, fue creado
duque de Villahermosa, familia a la que, desde entonces, permaneció vinculado
el castillo. Por otra parte, allí fue nombrado en 1464 el futuro Fernando el
Católico, Lugarteniente General del reino, como recuerda una placa colocada en
el exterior del castillo por la Institución “Fernando el Católico”.
Allí
residió D. Luis de Silva y Carvajal-Vargas (1872-1951), casado con Dª María
Concepción Azlor de Aragón y Hurtado de Zaldívar, nieta del XVII duque de
Villahermosa. Fueron sus herederos quienes vendieron el castillo al
Ayuntamiento de Cortes, en 1997, dando comienzo a un largo proceso de
rehabilitación culminado felizmente.
Inicialmente
se acondicionaron los amplios jardines como parque público. Respecto al
castillo se propusieron varios usos para garantizar su conservación: Parador
Nacional, hotel, sede de la Comunidad de Bardenas Reales e incluso Casa
Consistorial. Sin embargo, ninguno de esos proyectos llegó a concretarse, por
lo que el ayuntamiento sacó a subasta su explotación, quedando desierto el
concurso.
Fueron
momentos difíciles en los que el abandono en que se encontraba hizo temer por
la supervivencia del monumento. Surgió entonces la Asociación de Amigos del
Castillo que, además de asumir la recuperación de algunas dependencias,
propició la creación del clima preciso para impulsar la definitiva
restauración. Ello fue posible merced de una importante ayuda procedente del
programa Eje 4 Leader, de fondos europeos, concedida en 2012, a los que sumó la
aportación económica del propio Ayuntamiento de Cortes.
De
esta forma fue encargado el proyecto de rehabilitación a los arquitectos D.
Íñigo Esparza y Dª María Asunción Osés, haciéndose cargo de las obras una
empresa de la localidad. Los trabajos finalizaron en 2013, como informamos en
este mismo blog y, desde entonces, se ha convertido en uno de los destinos
turísticos más importantes de esta zona.
Desde
el patio de armas, los visitantes pueden acceder a las antiguas bodegas y otros
espacios de servicio, algunos de los cuales son los restos más antiguos del
conjunto.
La
planta noble conserva buena parte del esplendor de antaño, con diversas
estancias que se abren al hermoso corredor perimetral.
En
ellas se han mantenido muchas de las obras que formaban parte de la decoración
del castillo y sus muebles. Destaca su colección de pinturas, entre ellas el
retrato de D. Alonso de Aragón, pintado por el flamenco Roland de Mois, cuya
fotografía no tenemos y hemos reproducido anteriormente una en blanco y negro
de la copia que se conserva en el palacio de Pedrola.
También
puede verse el antiguo oratorio privado, cuyo altar está dedicado a la Virgen
del Carmen. En definitiva se trata de un recorrido sumamente interesante por un
edificio histórico que el Ayuntamiento de Cortes ha tenido el acierto de
mantener en su estado original para disfrute público, algo digno de ser
resaltado.
Para
los interesados en conocerlo queremos señalar que se visita los últimos
domingos de cada mes, a partir de las 12 de la mañana, salvo durante los meses
de julio y agosto que está abierto todos los sábados y domingos. No obstante,
se pueden concertar visitas en otras fechas, en el teléfono 676381653.
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