La
Institución “Fernando el Católico” y Prames Editorial acaban de publicar la
obra de José de Viu Moreu (1795-1857) El
Pirineo que, hasta el momento había permanecido inédita.
Escrita
en 1832 por ese autor aragonés, nacido en Fanlo en el seno de una familia de
infanzones, el manuscrito se conserva en la Biblioteca Foral de Vizcaya, siendo
Julián del Castillo Palacios y José María Sánchez Molled quienes lo han
transcrito y editado, ilustrándolo con los hermosos dibujos originales de José
de Viu.
Precedido
de un estudio introductorio sobre la figura del autor y de su obra literaria,
se estructura en tres capítulos dedicados al Alto Pirineo Francés, al Alto
Pirineo Español y a las aguas termales del Alto Pirineo.
Constituye
un acierto dar a conocer el trabajo del primer aragonés que describió el Alto
Pirineo en sus dos vertientes, narrando los itinerarios que recorrió y
describiendo los accidentes geográficos, la flora, la fauna y la mineralogía de
aquellos lugares.
La
Institución “Fernando el Católico” prosigue su gran labor de difusión de la
música aragonesa con la edición de la partitura de las Completas a 4 con ripieno a pequeña orquesta de Mariano Rodríguez
Ledesma (1779-1847), con un estudio introductorio de Tomás Garrido, en el que
viene a poner de manifiesto el hecho paradójico de se conozcan mejor las obras
musicales del renacimiento o del barroco que las de épocas relativamente
recientes. En ello ha influido, a juicio del autor, el desprecio al que muchos
musicólogos a los compositores del siglo XIX, reprochándoles que no crearan
obras para cuartetos de cuerda, sinfonías u óperas, “sin tener en cuenta en
esta valoración la gran aportación de nuestros músicos en el campo de la música
religiosa, que por otro lado era una de las pocas vías que tenían para
sobrevivir.
Mariano
Rodríguez Ledesma había nacido en Zaragoza, ciudad en la que se formó
musicalmente. Ejerció en Sevilla y Madrid, con tres estancias en Londres, donde
llegó a ser profesor de la Royal Academy of Music. En España formó parte de la
Real Capilla, en una época de cierta decadencia aunque fue la más importante de
su actividad como compositor. En 1821 fue nombrado miembro de la Academia
Nacional de Ciencias y Bellas Artes, una iniciativa del Trienio Liberal de vida
efímera, pero que constituye un testimonio del prestigio alcanzado por el
músico aragonés que ha sido considerado “no sólo el primer músico romántico
español, sino uno de los primeros músicos románticos europeos”, a pesar de lo
cual su nombre ha permanecido en el olvido, del cual han venido a rescatarlo,
en los últimos años, iniciativas como la que estamos comentando.
Dentro
de esa labor de difusión musical que realiza la Institución se inscriben las
grabaciones que tienen como protagonistas a los órganos históricos de nuestra
provincia. En esta ocasión es el de Ateca, con una serie de obras
contemporáneas, interpretadas por Roberto Fresco Lozano y reunidas bajo el
título de El ángel dormido. Música
contemporánea para órgano ibérico.
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