El 13 de febrero de
1869, nació en Alcolea de Cinca (Huesca) la Madre Concepción Bernad Blane que, poco antes de cumplir los 25
años, ingresó en la Congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana,
emitiendo su profesión perpetua el 24 de febrero de 1901. No tenemos
fotografías en la que esté identificada plenamente la hermana Concepción, por
lo que reproducimos una de las que fueron sus alumnas, sin la certeza de que
sea la hermana que aparece con ellas.
En 1896 había sido
destinada al colegio de Borja, en el que permaneció toda su vida, dedicada la
formación de muchas generaciones de borjanos, para los que fue un ejemplo de
bondad y de paciencia sin límites que, junto con sus excepcionales dotes para
el trato con los niños, hicieron de ella un modelo a seguir en el campo de la
educación y de referente espiritual para todos los que tuvieron la fortuna de
conocerla.
El 15 de septiembre de
1940 fue nombrada Superiora del Colegio de Santa Ana y, poco después, el M. I.
Ayuntamiento quiso honrarla con el título de “Hija Adoptiva de la ciudad de
Borja”. También estaba en posesión del título de “Hija Preclara de Alcolea de
Cinca”.
Falleció el 9 de
noviembre de 1946 y su sepelio fue una de las mayores manifestaciones de duelo
que se recuerdan en Borja. Numerosas personas llegadas de toda la comarca y
muchos de sus antiguos alumnos acudieron a darle el último adión, al que se
sumó, de manera excepcional, el Ayuntamiento en corporación, acompañado por la
Banda de Música, como testimonio de gratitud a esta religiosa ejemplar que supo
llegar al corazón de tantos hombres y mujeres de nuestra comarca.
El 13 de febrero de
1902 nació en Borja D. Valentín Ruiz
Aznar, uno de los grandes músicos que ha dado nuestra ciudad. Era el menor
de los hijos del matrimonio formado por Manuel Ruiz y Petra Aznar. Fue D.
Nicanor Soria, contrabajo de la Capilla de Música de Santa María quien se
percató de la extraordinaria voz del niño, aconsejando a sus padres que le
procuraran la formación necesaria.
El 15 de febrero de
1911, cuando acababa de cumplir los nueve años, fue admitido en el Colegio de
Infantes de la Seo zaragozana. Allí sintió la vocación religiosa y seis años
después marchó a cursar los estudios eclesiásticos en el seminario de Comillas.
En esta decisión influyó, sin duda, el que allí estuviera el P. Otaño, el
músico de mayor prestigio de la Iglesia española. D. Valentín destacó no sólo
por su voz, sino por otras cualidades que hicieron posible que, siendo un
simple seminarista, le fuera encomendada la dirección de la Schola Cantorum de la universidad y que,
cuando acaba terminar el tercer curso de Teología optara a la plaza de Maestro
de Capilla de la catedral de Granada que obtuvo brillantemente, siendo ordenado
sacerdote por el cardenal Casanova el 2 de junio de 1928.
En Granada transcurrió
su vida, siendo el encargado de la implantación de la reforma de la Música
Sacra que había propiciado San Pío X. En ella formó a los jóvenes seminaristas
y compuso la mayor parte de su amplio repertorio de obras, de cuya calidad
constituye un ejemplo el que sigan siendo interpretadas en la actualidad.
Las circunstancias
políticas del momento le llevaron a dar clases particulares de Música, hasta
que logró incorporarse como profesor en el Conservatorio y en la Escuela de la
Sociedad Económica de Amigos del País. Dirigió el Orfeón de Granada y el Coro
Universitario que había creado. Académico de Número de la Real Academia de
Bellas Artes de Ntra. Sra. de las Angustias, en 1960, fue nombrado canónigo,
honor que le concedió en arzobispo, en reconocimiento a su labor.
Su amistad con Manuel
de Falla le llevó a colaborar en la terminación de La Atlántida y a participar
en la cátedra que la Universidad de Granada creó en homenaje al destacado
compositor. Falleció el 30 de noviembre de 1972, dejando numerosas obras entre
las que varias de ellas guardan relación directa con su ciudad natal donde, en
1985 el M. I. Ayuntamiento dio su nombre al Paseo y, en 2002, se le tributó un
homenaje, descubriendo una lápida en la casa de Barrio Verde, donde vivió.
También
tiene calle dedicada en Granada, así como una lápida conmemorativa en el
convento del Albaicín del que fue capellán.
El 13 de febrero de
1931 falleció en Borja D. Luis Murillo Tejadas
que había nacido en nuestra ciudad en 1876. Activo militante republicano, fue
elegido concejal en varias ocasiones. Alcalde entre 1915 y 1918, también tuvo
que desempeñar este cargo en otros momentos, debido a la renuncia de D.
Baltasar González que encabezaba las candidaturas republicanas. Fundador de uno
de los centros republicanos de Borja, con sede en un edificio de su propiedad
de la plaza de Santo Domingo (rebautizada de Pi y Margall), fue también un
destacado industrial que, entre otras empresas, se hizo cargo de la fábrica de
sulfuro de carbono que había creado D. Rufino Rivas Foncillas. Murió a los 54
años, sin llegar a conocer la proclamación de la II República. Al comienzo de
la guerra civil, el centro republicano fue asaltado y sus pertenencias quemadas
en la plaza de nuevo denominada de Santo Domingo. Con indudable valentía y
gallardía, su hijo D. Luis Murillo Ortego rescató el retrato que de su padre
había pintado D. Baltasar González. Esta versión de la familia Murillo, nos ha sido matizada ahora por D. Jesús Morer Aznar, el cual nos informa de que el cuadro fue rescatado por su abuelo materno D. Lorenzo Aznar Escolano, sobrestante de D. Luis Murillo, acto por el que llegó a ser amenazado de muerte por los asaltantes, lo que le afectó profundamente. (Agradecemos esta información que nos acaba de llegar).
Recordamos también que
el 13 de febrero de 1296, fue devuelto a Jaime II el castillo de Borja, al no
poder celebrarse la boda con Isabel de Castilla, a la que había sido entregado
como arras.
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