El 28
de febrero de 1672 fue bautizado en la parroquia de San Bartolomé de Borja fray Felipe Sánchez Ochoa que, con 16
años de edad, ingresó en el Real Convento de Predicadores de Zaragoza, donde
profesó al cumplir los 18 años. Dotado de grandes recursos intelectuales se
graduó como Doctor en Filosofía y Artes en la universidad de Zaragoza, de la
que fue profesor. Rector del Colegio de San Vicente de Ferrer de Zaragoza y
Provincial de Aragón, entre 1730 y 1734. Fue un hombre de acreditado prestigio
dentro y fuera de su orden, falleciendo en la capital aragonesa en 1738.
Hoy se
cumple el II Centenario del nacimiento en Tauste de D. Jaime Rudesindo Ortega y Olleta. Hace unos días, ya señalamos
esta circunstancia, relacionándolo con Gallur, de donde era su familia y donde
se conserva su casa solariega. Siendo muy joven, ingresó en el Colegio Militar
de Zaragoza, iniciando una brillante carrera militar que tuvo su reflejo en los
campos de batalla, durante la Primera Guerra Carlista, en la que fue
recompensado con tres Cruces de San Fernando y otros tantos ascensos por
méritos de guerra, alcanzando el empleo de Comandante con 22 años. También se interesó por la Política, militando
en las filas del Partido Progresista, pero sus discrepancias con Espartero le
llevaron al Partido Moderado con el que obtuvo el acta de Diputado por
Zaragoza, en 1844. Ya no abandonó el Congreso hasta su muerte, pues renovó el
acta por Zaragoza y, posteriormente, por la circunscripción de Ejea. A los 26
años era Coronel y, con ocasión de intervención en Portugal, en la que
participó con el empleo de Brigadier, al mando de la Caballería, fue ascendido
a Mariscal de Campo a los 30 años. Lamentablemente, el regreso de Espartero
frustró su carrera y tuvo que exiliarse en Francia, donde conoció a la borjana
Dª Teresa González de Castejón, marquesa de González de Castejón y dama de la
emperatriz Eugenia. Allí se relacionó también con el pretendiente carlista,
conde de Montemolín, por lo que al regresar a España comenzó a conspirar a
favor de los legitimistas que contaban con muchos apoyos entre la aristocracia
aragonesa. Cuando en 1859 fue nombrado Capitán General de las Baleares, las
miradas de los carlistas se posaron en él, forzándole a un pronunciamiento. El
1 de abril de 1860, se embarcó con 4.000 soldados y, acompañado por el
pretendiente, desembarcó en San Carlos de la Rápita. La expedición fue un
fracaso y, capturado en Calanda, fue condenado a muerte y fusilado el 18 de
abril de 1860 en el castillo de Tortosa. Estaba en posesión de diversas
condecoraciones nacionales y extranjeras y era miembro de la Real Sociedad
Económica de Amigos del País de Zaragoza y Académico de Honor de la Real
Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis.
El 28 de febrero de
1857 fue bautizado en la parroquia de Santa María de Borja D. Rufino Rivas Foncillas. Era el menor de los hijos del matrimonio
formado por Pablo Rivas Altemir y Basilia Foncillas. Su padre había llegado a
Borja para crear un negocio de fabricación de cubas y fue un destacado
republicano, interviniendo en la proclamación de la I República. Se casó aquí y
otro de sus hijos fue D. Feliciano Rivas, Alcalde de la ciudad en dos
ocasiones. Rufino estaba dotado de grandes dotes intelectuales y cursó la carrera
de Medicina en Zaragoza, obteniendo el título de Licenciado el 19 de junio de
1878, con 21 años de edad. Poco después se trasladó a Uruguay, ejerciendo su
profesión en Montevideo, desarrollando al mismo tiempo numerosas actividades
empresariales. Contrajo matrimonio con Dª Ignacia Goldáraz Vidal, con la que
aparece en esta imagen, junto con sus hijos. No perdió el contacto con su
ciudad natal a la que viajaba periódicamente. En Borja puso en marcha, con la
colaboración de su hermano, una fábrica de producción de sulfuro de carbono y
otras empresas. Dotado de gran visión, se le ocurrió crear aquí una planta
dedicada a la elaboración de comida enlatada, con platos típicos de Borja, lo
que no pudo llevar a cabo por el escepticismo con el que se acogió su
propuesta. Falleció en Buenos Aires en 1928 y no hace muchos años una biznieta
suya expuso en el Centro de Estudios Borjanos.
El 28 de febrero de 1915
nació en Ainzón D. Ángel Pardo Palacín,
aunque toda su vida transcurrió en Borja, donde ejerció el oficio de cestero,
siendo uno de los últimos artesanos dedicados a esta actividad. Conforme se
acercaba su edad de jubilación, se percató de que ese mundo artesanal del que formaba
parte desaparecía con él y quiso darlo a
conocer a las nuevas generaciones. Formó parte del colectivo “Plaza del Mercado”
y estuvo presente en todas las ferias que se organizaban en ese emblemático
espacio borjano. Su recuerdo permanece vivo a través de las obras que realizó y
que conservan con cariño sus afortunados poseedores.
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