El
estado actual de las torres de la antigua colegiata de Santa María es fruto de
las sucesivas intervenciones llevadas a cabo, a lo largo de varios años. La
última fue la que afectó a la torre del reloj, la más antigua y espectacular de
las dos, con su base románica y los sucesivos cuerpos que le fueron
incorporados.
El
resultado final dista mucho del aspecto que presentaban en 1970, cuando fue
realizada esta fotografía, en la que también puede verse parte de la fachada
del antiguo hospital, ahora sede del Museo de la Colegiata.
La
primera intervención fue en la denominada torre de las campanas que fue
restaurada en 1987. Hemos encontrada esta fotografía con los andamios
instalados para ella. Debemos señalar que sólo afectó a los dos últimos cuerpos
y a una hilada del inmediato inferior, donde por cierto se eliminó
indebidamente la parte superior de los vanos de ese cuerpo.
Estaban
cegados desde hacía tiempo, pues esta torre siempre presentó problemas
estructurales que, probablemente, son los que provocaron ese desplazamiento
lateral que se aprecia a simple vista. Para corregirlo, además de cegar los
vanos inferiores, se macizó el interior de la misma en su parte baja, de manera
que sólo se puede acceder a ella por la bóveda de la iglesia, a diferencia de
la del reloj, que tiene entrada directa desde el claustro.
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