El 26 de febrero de
1560 fue bautizado en la colegiata de Santa María de Borja Pedro de Moncayo, el tercer hijo de los cuatro que tuvieron el
matrimonio formado por Juan de Moncayo y Prudencia de Rada. Cursó estudios en la
universidad de Huesca y, en esa ciudad, apareció publicada su obra Flor de
varios y nuevos romances, una recopilación realizada por él, en cuya portada
proclamaba su origen borjano, al firmar como el “bachiller Pedro de Moncayo,
natural de Borja”. De ella se hicieron varias reediciones y ocupa un lugar
destacado en la Historia de la Literatura.
El 26
de febrero de 1605 fue autorizado a embarcar para Perú Pedro Pérez de Medina, natural de Mallén e hijo de Pedro de Medina
y Graciosa Pérez. Viajaba en calidad de criado de D. Pedro González Refolio. Se
da la circunstancia de que este personaje fue quien llevó al Nuevo Mundo los
primeros ejemplares del Quijote, que acababa de ser editado. En la misma flota,
aunque con destino a Portobelo, viajaron otros ejemplares embarcados por el
mercader de Alcalá de Henares Juan de Sarriá.
El 26 de febrero de 1714
fue bautizado en la parroquia de San Miguel de Borja D. Diego Navarro y Gómez, perteneciente a una familia de
infanzones. Cursó los estudios de Derecho en la universidad de Zaragoza y, al
finalizar los mismos, retornó a nuestra ciudad, donde ejerció como abogado de
la corporación municipal, siendo nombrado regidor, en 1741. En 1760, le
correspondió por sorteo ejercer el cargo de Diputado de Millones por los reinos
de Aragón y Valencia. En 1765, fue designado Corregidor interino de Borja pero
su carrera política dio un salto cualitativo de gran importancia al ser
nombrado, en 1770, Corregidor de Valencia, pasando tres años después a
desempeñar ese mismo cargo en Zaragoza. Desde esos puestos de responsabilidad
ayudó a su ciudad natal en numerosas ocasiones. Durante el ejercicio de su
cargo en la capital aragonesa se produjo el pavoroso incendio del Teatro, ocasión
en la que demostró su valía al hacer frente a una catástrofe de esas
magnitudes. Durante los últimos años de su vida se hizo cargo del corregimiento
de Écija, localidad en la que falleció en febrero de 1785.
El 26
de febrero de 1717 nació en Tabuenca el Dr. D. Blas Matías Sanjuán Cuartero, en el seno de una importante
familia de esa localidad. Estudió en la Universidad de Zaragoza, en la que se
graduó como Bachiller y, posteriormente, como Maestro de Artes en 1741. Ese
mismo año obtuvo el título de Doctor en Teología, siendo nombrado sustituto de
una de las cátedras de Filosofía en 1742, pasando a ser titular de la misma en
julio de 1743. En 1754 se hizo cargo de la cátedra de Teología; el mismo año de
la de Durando; en 1756 de la de Sagradas Escrituras; en 1763, de la de Vísperas
y, en 1767, de la de Prima de Teología en la que se jubiló. Esta brillante
carrera docente culminó con el nombramiento de Rector. También desempeñó
importantes cometidos en el ámbito eclesiástico pues, en 1760, siendo Vicario
de la parroquia de San Felipe y Santiago, fue elegido Canónigo Penitenciario de
la Iglesia Catedral Metropolitana de Zaragoza y, posteriormente, desempeñó el
cargo de Visitador del arzobispado y Examinador Sinodal, misión que llevó a
cabo también en el obispado de Segorbe, durante la etapa en la que ocupó esa
sede D. Francisco Cuartero Lumbreras que era tío suyo. Destacó asimismo como
erudito, siendo autor de varias obras que no llegaron a publicarse. Fue miembro
de la Academia del Buen Gusto en las Ciencias y las Artes de Zaragoza, en la
que intervino el 6 de octubre de 1758 con una “Disertación sobre el buen gusto
de la Arte Crítica”. Falleció en Zaragoza el 3 de febrero de 1786.
El 26 de febrero de 1892
nació en Madrid D. Manuel Pérez Petinto
y Bertomeu. Era hijo de D. José María Pérez de Petinto Landa y de Dª
Filomena Bertomeu Moreno, estando vinculado a Mallén, dado que su familia
paterna era una de las más destacadas de esa localidad, donde poseían hasta
fechas recientes una hermosa casa solariega.
Tras
graduarse como Doctor en Medicina por la Universidad Central, en 1916, se
especializó en Pediatría, aunque inició su ejercicio profesional como médico
del Congreso de los Diputados. En 1923 fue nombrado “médico de la Real Casa”,
primero como supernumerario y, desde 1927, como titular. Perteneció también al
Cuerpo Nacional de Médicos Forenses, siendo Profesor Auxiliar de Medicina Legal
en la Escuela Judicial. Su gran prestigio en ese ámbito le llevó a presidir la
Asociación Nacional de Médicos Forenses. Publicó varias obras y fue Director de
la revista Anales de la Clínica Médico
Forense de Madrid. Médico de las Cortes, de la Beneficencia Municipal de
Madrid y de la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte, su incansable
actividad profesional le llevó a recibir numerosos homenajes, entre ellos la
dedicatoria de una calle en Mallén, como reconocimiento al gesto de donar una
parcela de su propiedad, donde ahora se levanta la residencia de ancianos. Casada
con Dª Ángeles Alonso Martínez y padre de cinco hijos, falleció en Madrid el 4
de septiembre de 1981.
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