No sin
ciertas dificultades hemos conseguido adquirir un curioso folleto, editado en
Madrid en 1887, que lleva por título Plano
y Guía del Viajero en Calatayud, Tarazona, Borja y Daroca, de la que es
autor Emilio Valverde.
En sus
44 páginas únicamente incluye un grabado de la fachada principal del monasterio
de Piedra y una vista general de Calatayud. Puede ser considerada una guía
turística para los viajeros de la época, con información práctica de los
municipios citados.
Por lo
que respecta a Borja, le dedica cuatro páginas, indicando que la manera de
acceder a ella es a través de Tarazona, a donde se puede llegar en ferrocarril,
existiendo un servicio diario de carruajes hasta Borja, siendo su precio de 5
pesetas por asiento. También había carruajes que comunicaban nuestra ciudad con
las estaciones de Gallur y Cortes. Entonces, aún no se había instalado el
ferrocarril Cortes-Borja y las comunicaciones con Zaragoza eran escasas y
malas.
Al
referirse a los alojamientos puntualiza que hay un “regular hospedaje” en la “casa
Lacambra y en el parador de Frauca”. Este último era el que estaba en la plaza
de Santo Domingo y acaba de construirse, mientras que de la casa Lacambra nada
sabemos.
Tras
una breve descripción de la historia y la geografía de la zona, señala los
monumentos más destacados: la colegiata, las parroquias de San Bartolomé y San
Miguel; los conventos de la Concepción y Santa Clara; y los cuatro edificios de
los antiguos conventos masculinos desamortizados que denomina de “franciscanos,
agustinos, capuchinos y recoletos” (Se confunde al omitir el de dominicos, dado
que la denominación “recoletos” es aplicable al de agustinos).
Otros equipamientos a
los que hace alusión son las “casas municipales; el hospital de caridad, el
pósito municipal; las escuelas de primera y segunda enseñanza (dato este último
interesante) y los círculos de recreo.
Resalta
el hecho de que “fuera de la población, y en todas direcciones, hay bonitos
paseos, llamando la atención el denominado Nuevo salón de la Florida, abundante
en rosales colocados entre olmos, plátanos y moreras”. Sobre este espacio
público situado por donde ahora discurre la carretera de Cortes, ya nos
ocupamos en un artículo publicado en Cuadernos
de Estudios Borjanos, dada la relevancia que, en su momento, tuvo esta
realización municipal y otras similares en las otras entradas de la población
que se desvirtuaron cuando se decidió trazar las carreteras por el espacio que
ocupaban los paseos que, hasta entonces, habían conferido singularidad a
nuestra ciudad.
Respecto
al autor, podemos indicar que Emilio Valverde Álvarez (1848-1894) había nacido
en Manila. Militar de profesión y cartógrafo, se especializó en la publicación
de guías de los distintos reinos peninsulares. Probablemente, a partir de
ellas, editó posteriormente esas guías para viajeros de las que la de Borja
constituye un ejemplo. Las ilustraba con mapas y planos dibujado por él, dado
que era también especialista en Cartografía. En cualquier caso, el librito que
hemos adquirido puede ser considerado como la primera guía turística de Borja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario