Ayer
comentamos que se había producido un hallazgo en el interior de la colegiata de
Santa María, aunque por no disponer de imágenes del mismo, no pudimos efectuar
una valoración del mismo. Gracias a la amabilidad de un lector habitual de
nuestro blog, hemos podido conseguir las primeras fotografías que nos permiten
emitir una opinión, aunque no hayamos visitado el lugar del hallazgo.
Ha
sido en el transcurso de los trabajos de rehabilitación del claustro de la
colegiata cuando, en el lugar que ocupaba la antigua sacristía de la capilla de
la Virgen de las Nieves, aparecieron enterrados unos sillares.
Utilizados
como material de relleno sus características nos permiten aventurar la posibilidad
de que pertenecieran a una de las puertas del antiguo templo románico, del que
ya han aparecido otros elementos arquitectónicos en la misma zona, entre ellos
la ménsula que se exhibe actualmente a la entrada del Museo de la Colegiata.
De
tipologías diferentes, aunque en todos los casos decorados con baquetones,
podrían pertenecer a las jambas de la portada (la primera imagen) y a la rosca
del arco (la segunda fotografía).
Piezas
de similares características ya aparecieron en la iglesia de San Miguel, actual
sede del Museo Arqueológico, donde se exponen.
Gracias
a ella se pudo realizar una reconstrucción tentativa del aspecto que presentaba
la portada románica de ese templo, tal como se muestra en la maqueta que fue
instalada en el presbiterio de la misma.
La
colegiata de Santa María ha sido objeto, a lo largo de la historia, de varias
reconstrucciones que fueron modificando sus características. Del templo
románico, aunque quedan elementos estructurales de gran importancia, embutidos
en sus muros, se reutilizaron partes que hoy consideramos importantes. En la
cripta existe un muro en el que están insertados sillares que pertenecieron a
esa etapa. Pero también desaparecieron imágenes. En el caso más significativo
es el del Cristo que fue encontrado enterrado en el claustro, hace ya años, y
que lamentablemente quemaron dado “su mal estado”. Se salvó la imagen titular
de la Virgen que, muy transformada, es la que ahora se venera en el Santuario
de Misericordia.
Pero,
la última reconstrucción de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX que dio
origen al templo actual, tuvo como consecuencia la desaparición de numerosos
elementos ornamentales. En la fotografía superior, y en primer término, puede
verse uno de ellos, realizado en alabastro, que también fue encontrado en el
claustro y que se exhibe en el Museo, junto a la ménsula a la que antes
hacíamos referencia. En el mismo museo, y en su sala VI, puede verse una magnífica
imagen de San Lorenzo, en alabastro, que pudo pertenecer a un retablo y que fue
encontrada en la cripta, junto con otra imagen de similares características,
desgraciadamente saqueada.
El subsuelo
de la colegiata y el claustro, en concreto, es un lugar pródigo en hallazgos,
por lo que una excavación allí podría depararnos nuevas sorpresas.
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