La
Real Academia Gallega de Bellas Artes de Nuestra Señora del Rosario nos ha
remitido el nº 47 de su revista Abrente,
entre cuyos contenidos queremos destacar el artículo de Silvia Blanco Agüeira
en el que, con el título “Raros y extravagantes: Los espacios sacros
contemporáneos de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol” viene a llamar la atención sobre
la necesidad de catalogar las obras religiosas construidas en la segunda mitad
del siglo XX, como elemento indispensable para su protección, recuperación y
puesta en valor ante una sociedad que no siempre le dedica la atención que
merecen.
El
destacado catedrático D. Valeriano Bozal, cuyo padre nació en Borja, inserta un
trabajo titulado “¡Metralla para el pueblo! El modernismo y la rosa de fuego”
en el que analiza los cambios experimentados en Barcelona, a partir del último
tercio del siglo XIX y primeros años del XX que tuvieron su repercusión en el
urbanismo de la ciudad, poniendo de relieve las ideas del obispo de Vic Josep
Torras i Bages, como impulsor de una actividad artística que hacía referencia
expresa a la situación social, así como la contribución de destacados artistas
y arquitectos.
Celestino
García Braña da a conocer “13 edificios en Galicia vinculados a la arquitectura
del movimiento moderno” y el fiscal Carlos Varela García publica un extenso
trabajo dedicado a “La seguridad contra la criminalidad en los edificios
religiosos”.
El
Museo Nacional de Arte Romano de Mérida nos ha enviado el nº 40 de sus
Cuadernos Emeritenses que tiene carácter monográfico y lleva por título Arrecifes del tiempo. Arqueología,
Fotografía, Literatura y Sociedad en Mérida, del que es autor José Luis de
la Barrera Antón, conservador del citado museo y Académico correspondiente de
la Real Academia de la Historia.
Precedido
por una introducción del propio autor sumamente evocadora, la obra reúne en sus
más de 450 páginas la mayor colección de imágenes arqueológicas, artísticas y
costumbristas de esa bimilenaria ciudad, acompañadas de poemas y citas de
diversos autores.
Contemplar
esas imágenes, como él mismo señala, es hacer un ejercicio de ensoñación y
experimentar las sensaciones de quienes se acercaban a los monumentos de la
antigua Emerita que languidecían ante
la indiferencia de muchos.
En
este sentido aunque el libro trate sobre restos arqueológicos es, en gran medida,
una obra poética, cuyo carácter ya se manifiesta en la ilustración de la portada,
que es una fotografía realizada por el médico Juan Sánchez Tena en 1876, en la
que “el pico del viejo puente romano, quebrado y maltrecho, se nos antoja
semejante a la proa de un desvencijado barco, varado en dique seco luego de los
embates violentos de unas aguar pérfidamente mansas como la sonrisa de una
mujer”. Es, en definitiva, una metáfora del tiempo, de ese incansable fluir que
percute y desgasta inmisericorde las obras humanas.
Finalmente,
reseñamos hoy la recepción del nº 389 de El
Masino, el Boletín Informativo del Grupo de Estudios Masinos, con amplia
información de las actividades culturales desarrolladas en la localidad
aragonesa de Mas de las Matas.
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