Avanza la redacción del Diccionario de términos religiosos

         Hace dos meses informamos de que habíamos retomado un antiguo proyecto de nuestro Centro, la elaboración de un Diccionario de términos religiosos, denominación provisional, pues es algo más que un diccionario, dada la extensión con el que son contempladas las diferentes voces que, por otra parte, aunque relacionadas con la religión abarcan diversos ámbitos.

         En otros países existen obras de gran calidad, como las del Prof. Bernard Berthod, referidas al ceremonial pontificio, ornamentos, jocalias, etc. pero en España siempre hemos notado la ausencia de libros similares, a pesar de la necesidad que, para investigadores y estudiosos pudieran tener.

         Éramos conscientes de las dificultades que una empresa de estas características entraña, pero estamos dedicando un considerable esfuerzo a culminarla. En estos dos meses, hemos conseguido añadir otras 700 palabras, de manera que, en estos momentos tenemos reunidas 1.900 voces.

         Entre ellas, se encuentran las referidas a ornamentos litúrgicos. Muchos jóvenes desconocen por completo los nombres y el sentido de la mayor parte de ellos. Así, por ejemplo, es muy probable que no puedan identificar los diferentes elementos que porta San Juan Pablo II en esta imagen.

         Probablemente, esa dificultad aún será mayor en el caso de las iglesias de rito oriental, a las que también hacemos referencia en la obra.

         Incluye también, términos relacionados con la arquitectura religiosa y, por supuesto, la descripción de jocalias y bienes muebles, con explicaciones sobre su uso litúrgico.

         Hay numerosas palabras vinculadas al Derecho Canónico o al año litúrgico que también tienen cabida en el diccionario. Mayor dificultad hemos tenido a la hora de sintetizar algunas cuestiones que consideramos imprescindibles a la hora de acercarnos a la doctrina de la Iglesia, por lo que, en la mayoría de los casos hemos recurrido al propio Catecismo.

         El que, en estos momentos, hayamos conseguido alcanzar las casi 2.000 palabras no significa que el fin del trabajo esté próximo. Queda aún mucho camino por recorrer, sobre todo teniendo en cuenta que los viajes y las distintas actividades del Centro, impiden dedicarnos a ello con la asiduidad necesaria para un proyecto tan complejo.