Una de
las visitas imprescindibles en Berlín es al Museo de Pérgamo en el que se
exhiben obras maestras de la Antigüedad clásica, fruto de las excavaciones
arqueológicas llevadas a cabo por destacados arqueólogos alemanes, desde
finales del siglo XIX.
Debe
su nombre a que allí puede contemplarse el denominado altar de Pérgamo que, sin
embargo, no pudimos ver ya que su emplazamiento se encuentra sometido a un
proceso de rehabilitación que finalizará en 2025.
Sin
embargo, el museo reúne otros importantes atractivos como las salas dedicadas a
la cultura griega y romana con la espectacular Puerta del Mercado de Mileto, construida
en el siglo II d.C., y que era el paso entre el ágora y el mercado sur de la
ciudad.
En la misma sala se
puede ver el trípode de mármol del Bouleuterión de Mileto. Con ese nombre se
conocía al lugar de reunión del Consejo de los Quinientos de las ciudades
griegas.
Durante la II Guerra
Mundial todas estas obras de arte fueron preservadas y, al término de la misma,
algunas fueron llevadas a la Unión Soviética de donde regresaron para ser
repartidas entre las zonas en que fue dividida la ciudad. El museo quedó en la
parte ocupada por los soviéticos pero, tras la reunificación, los centros de la
isla de los museos han sido reestructurados para mostrar en todo su esplendor
sus impresionantes colecciones.
Una de
las más llamativas está constituida por la Puerta de Ishtar que era una de las
ocho puertas interiores de la ciudad de Babilonia. Tiene 14 metros de altura y
fue construida por Nabucodonosor II en el 575 a.C bajo el mandato de
Nabucodonosor II. Dedicada a la diosa Isthar, está decorada con ladrillos esmaltados
de color azul y oro. Sadam Hussein mandó construir en la propia Babilonia una
réplica de esta puerta conservada en Berlín, donde también se puede contemplar
la Vía Procesional por la que se accedía a ella.
En una
sala contigua hay una reproducción de un palacio asirio a partir de los
relieves del palacio de Kalhu y la pintura de la sede de Tulki-Ninurta I. En su
entrada se hallan emplazadas estas magníficas esculturas de leones alados con
cabezas humanas que estaban situadas a la entrada de la puerta principal del
palacio, como guardianes de la misma.
El
contiguo Museo Neues tiene el aliciente de contemplar el busto de Nefertiti,
una de las obra maestras del arte egipcio. Lamentablemente, no se permite tomar
fotografías del mismo. La única que hicimos fue, desde la lejanía, de la sala
donde ahora se exhibe.
Nefertitir
fue la esposa del faraón Akenatón y su belleza era legendaria, como queda
patente en este busto realizado por el escultor real Tutmose. Entre los años
1370 y 1330 a. C. desempeñó un importante papel en Egipto, llegando a ser
corregente con su esposo, algo poco habitual.
El busto fue
descubierto el 6 de diciembre de 1912, en unas excavaciones realizadas por la
Orient-Gesellchaft y encabezadas por el egiptólogo alemán, Ludwig Borchardt. Fue
adquirido por el empresario y coleccionista alemán James Simon, que lo donó al
Ägyptisches Museum Berlin (Museo Egipcio de Berlín), habiéndose exhibido en el
Neues Museum hasta 1943, cuando fue trasladado a un lugar seguro a causa de la
Segunda Guerra Mundial, en la que el Museo finalmente resultó destruido (1945).
Tras la guerra se exhibió en diversos museos de la capital alemana, el último
de ellos el, Altes Museum, donde pudimos verlo en una visita anterior, hasta
que, en 2009, regresó al Neues Museum, tras la rehabilitación del edificio.
Pero
el museo tiene otros muchos alicientes, tanto por las piezas expuestas de las
más diversas culturas, entre ellas las procedentes de Troya, como por la propia
arquitectura del edificio.
Estuvimos
también en el Reichstag, sede del Parlamento alemán y emblemático monumento de
la historia alemana. Su cúpula que ha venido a sustituir a la destruida durante
la guerra, fue realizada por Sir Norman Foster y se ha convertido en uno de los
principales atractivos turísticos de la ciudad. Con 40 metros de diámetro está
formada por 24 nervios de acero y se accede a la parte superior por unas rampas
de 320 metros de longitud que discurren de forma independiente para la subida y
el descenso.
Muy cerca se encuentra
el monumento al Holocausto, diseñado por el arquitecto Peter Eisenman y el
ingeniero Buro Happold. Sobre una
superficie de 19.000 metros cuadrados se
disponen 2.711 estelas de hormigón visto, de dimensiones variables, entre las
cuales se puede circular, en medio de una atmósfera un tanto opresiva, como
pretendieron los diseñadores. Su construcción se inició en 2003, siendo inaugurado
el 10 de mayo de 2005.
No podía faltar una visita al Charlie
Checkpoint, el principal punto de acceso al Berlín Oriental desde la zona
occidental, que se ha querido mantener como recuerdo de aquellos años en los
que la capital alemana estuvo dividida entre las potencias de ocupación.
Y lo
mismo ha ocurrido con algunos testimonios del “Muro de Berlín”, construido en
1961 y cuya caída, el 9 de noviembre de 1989, representó el inicio de una nueva
época. De aquel muro en el que tantas personas perdieron la vida, cuando
buscaban la libertad, quedan estos restos y los fragmentos, supuestamente
procedentes del mismo, que ofrecen todas las tiendas de recuerdos de la capital
alemana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario