domingo, 17 de junio de 2018

Completando la colección de obras de García Bacca XLVIII


         La investigación en torno a García Bacca se ha centrado últimamente en el eco que tuvieron sus obras, expresada a través de las reseñas que, sobre ellas, se publicaron en las revistas especializadas. Una tarea compleja, dada la dispersión de las mismas y la dificultad añadida de conseguir los ejemplares en los que aparecieron.
         Sin embargo, poco a poco, se van incorporando a nuestro fondo ejemplares de sumo interés. Este es el caso del nº 13 de la revista Realidad, publicado en Buenos Aires en 1949, en el que, con el título de “Una traducción de Plotino”, aparece un extenso comentario sobre las Enéadas de ese autor que García Bacca había dado a conocer el año anterior, en Argentina, dentro de la colección “Biblioteca Filosófica” de Editorial Losada.

         La reseña estaba firmada por Adolfo P. Carpio (1923-1996), un destacado profesor argentino de Filosofía, formado en las universidades alemanas de Heidelberg y de Friburgo, que durante más de 40 años ejerció la docencia en la Universidad Nacioanl de Rosario (Argentina), en la de Puerto Rico y, especialmente en la Universidad de Buenos Aires.




         En cierto modo, ha constituido un interesante hallazgo la reseña sobre la obra Siete modelos de filosofar que García Bacca había publicado en Caracas, en 1954, y que apareció en el nº 3 del volumen IX de Philosophischer Literaturanzeiger de 1956, una revista dedicada exclusivamente a comentar las más importantes obras filosóficas que aparecían en todo el mundo, la cual era editada en Munich por Ernst Reinhardt Verlag.

         En este caso, el comentario corrió a cargo del Prof. Gerhard Funke (1914-2006), Gerhard Funke que fue catedrático de la universidad “Johannes Gutenberg” de Mainz, aunque también fue profesor en la Sorbona e incluso residió en España durante un corto período. Aunque su tesis doctoral versó sobre Leibniz, posteriormente se convirtió en uno de los mejores especialistas en Kant.




         También nos acaba de llegar el nº 52 de Letras de Deusto, en el que aparece un artículo de Javier Oroz Ezcurra, titulado “Nuestra imagen, la técnica. Interpretando a Juan David García Bacca”. Escrito en un estilo desenfadado, comienza afirmando que “Decir que David García Bacca es un insurrecto puede sonar a descortesía o provocación, pero no pasa de ser una minucia para cualquiera que conozca medianamente su talante filosófico”. Lógicamente, lo aclara a continuación, llegando a comparar al filósofo navarro con Leonardo da Vinci, entre otras razones por su dedicación al estudio de todos los saberes que puedan desvelar el secreto del hombre y del mundo. Personalmente, lo que nos ha vuelto a situar ante la magnitud de su producción científica es su afirmación de que “a sus noventa años bien cumplidos”, García Bacca llevaba editados “más de 500 títulos”, que unidos a los libros que tratan sobre su trayectoria, dan idea de la magnitud de la empresa en la que estamos embarcados: Intentar reunir todas ellas.
         Pero este comentario no debe alejarnos del contenido del trabajo del Prof. Oroz que estamos reseñando y que concluye planteándose el interrogante sobre si el hombre, proyectado a lo más alto, puede alcanzar la felicidad a impulsos de la técnica, para reflexionar también sobre la singular concepción antropológica de García Bacca. Hay que leerlo.

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