Mallén
es una localidad que cuenta con un importante patrimonio, a pesar de que ha
sufrido pérdidas significativas en los últimos años. Sin embargo, el único bien
declarado en el yacimiento arqueológico de “El Convento” que fue el primero en
ser objeto de atención por parte del Gobierno Aragonés, tras asumir las
competencias en esta materia, siendo declarado “Bien de Interés Cultural” en la
categoría de “Zona arqueológica” por un Decreto de 26 de noviembre de 1991,
cuando ya había sido objeto de una desafortunada intervención.
Pero
el que, otros monumentos, como la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de los
Ángeles, no hayan merecido el mismo tratamiento es algo que resulta llamativo,
sobre todo, tras las obras de rehabilitación efectuadas. En nuestra opinión, el
Ayuntamiento de Mallén debería interesar la incoación del correspondiente
expediente.
Porque,
este templo que, en su estado actual es
fruto de la reforma efectuada a finales del siglo XVIII, tras la demolición de
la antigua iglesia románica, situada en el mismo lugar, de la que sus sillares
se habían utilizado en la fachada principal, en la que también se encuentra el
antiguo crismón de su portada.
Se
sabía que algún otro resto se había conservado, dado que por su parte
posterior, casi oculto por otras construcciones, emergían los sillares de lo
que parecía ser el antiguo ábside (flecha roja). Adosado a él, se encontraba el
arranque de lo que fue la antigua muralla (flecha verde), un testimonio de gran
interés para conocer sus características y su trazado.
Allí,
bajo la chapa de uralita que aparece en la foto, se adivinaban los restos de
una primitiva ventana, cuya hipotética forma llego a plasmarse en un dibujo.
Cuando
se acometieron las primeras obras de restauración, fue apareciendo todo el
contorno del ábside. Fue una lástima que se decidiera eliminar los restos de la
muralla, entre otras razones porque iba a quedar integrado en el interior del
templo.
Hoy el
ábside con su ventanal constituyen uno de los elementos más importantes de este
monumento que fue construido con sillares de alabastro blanco, por lo que su
aspecto primigenio sería espectacular.
Posteriormente,
se procedió a la apertura de los vanos hacia el interior que, en la actualidad,
presentan este espectacular aspecto. Se procedió también a un minucioso estudio
arqueológico que permitió establecer la planta de la iglesia románica que había
quedado prácticamente embutida en la actual.
Antes
se había procedido a la recuperación de la pintura original, tanto en los muros
como en las claves, aunque en su momento advertimos de algunos errores
observados en el empleo de determinados colores, como el de la cruz que aparece
en jefe en las armas de este comendador que, como es habitual, debería ser de
plata en lugar de sable.
Además, aparecieron dos
textos escritos con caracteres góticos a ambos lados del primer tramo de la
nave central. En el segundo de ellos figura el nombre del comendador frey Roger
(su apellido ha sido transcrito equivocadamente como Muyrico) que fue quien
encargó la obra de ampliación de la iglesia en el siglo XVI, realizada en
estilo gótico, así como el del alarife mudéjar Abdallah de Gali que la ejecutó.
Si como
es posible, en la clave antes reproducida las armas corresponden a este
comendador que encargó la obra, las de la otra clave cabe la posibilidad que
sean las de su familia con esa faja sobre campo de oro. Pero lo que cabe es que
en uno de ellos sea esmaltada en gules (rojo) y en otro en sable (negro).
La
relación entre ambas claves parece evidente pues en otra lo que aparece es el
castillo propio de la heráldica del municipio. Todo ello pone de manifiesto los
errores señalados a la hora de elegir los colores durante la restauración.
Pero,
al margen de esas puntualizaciones, todo lo relatado unido a otros elementos de
interés como la capilla en la que se venera la imagen del Santo Cristo atado a
la Columna, Patrón de Mallén, del que recientemente D. Guillermo Carranza ha
podido documentar que fue realizado por Juan de Biniés, en 1615, constituyen
motivos suficientes para que este monumento, sea declarado “Bien de Interés
Cultural” o “Bien Catalogado”, como venimos reclamando.
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