miércoles, 2 de octubre de 2019

La evolución del Patrimonio arquitectónico de Mallén I


         Mallén es una localidad que cuenta con un importante patrimonio, a pesar de que ha sufrido pérdidas significativas en los últimos años. Sin embargo, el único bien declarado en el yacimiento arqueológico de “El Convento” que fue el primero en ser objeto de atención por parte del Gobierno Aragonés, tras asumir las competencias en esta materia, siendo declarado “Bien de Interés Cultural” en la categoría de “Zona arqueológica” por un Decreto de 26 de noviembre de 1991, cuando ya había sido objeto de una desafortunada intervención.

         Pero el que, otros monumentos, como la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de los Ángeles, no hayan merecido el mismo tratamiento es algo que resulta llamativo, sobre todo, tras las obras de rehabilitación efectuadas. En nuestra opinión, el Ayuntamiento de Mallén debería interesar la incoación del correspondiente expediente.





         Porque, este templo que, en su estado actual  es fruto de la reforma efectuada a finales del siglo XVIII, tras la demolición de la antigua iglesia románica, situada en el mismo lugar, de la que sus sillares se habían utilizado en la fachada principal, en la que también se encuentra el antiguo crismón de su portada.



         Se sabía que algún otro resto se había conservado, dado que por su parte posterior, casi oculto por otras construcciones, emergían los sillares de lo que parecía ser el antiguo ábside (flecha roja). Adosado a él, se encontraba el arranque de lo que fue la antigua muralla (flecha verde), un testimonio de gran interés para conocer sus características y su trazado.




         Allí, bajo la chapa de uralita que aparece en la foto, se adivinaban los restos de una primitiva ventana, cuya hipotética forma llego a plasmarse en un dibujo.




         Cuando se acometieron las primeras obras de restauración, fue apareciendo todo el contorno del ábside. Fue una lástima que se decidiera eliminar los restos de la muralla, entre otras razones porque iba a quedar integrado en el interior del templo.


         Hoy el ábside con su ventanal constituyen uno de los elementos más importantes de este monumento que fue construido con sillares de alabastro blanco, por lo que su aspecto primigenio sería espectacular.



         Posteriormente, se procedió a la apertura de los vanos hacia el interior que, en la actualidad, presentan este espectacular aspecto. Se procedió también a un minucioso estudio arqueológico que permitió establecer la planta de la iglesia románica que había quedado prácticamente embutida en la actual.




         Antes se había procedido a la recuperación de la pintura original, tanto en los muros como en las claves, aunque en su momento advertimos de algunos errores observados en el empleo de determinados colores, como el de la cruz que aparece en jefe en las armas de este comendador que, como es habitual, debería ser de plata en lugar de sable.




Además, aparecieron dos textos escritos con caracteres góticos a ambos lados del primer tramo de la nave central. En el segundo de ellos figura el nombre del comendador frey Roger (su apellido ha sido transcrito equivocadamente como Muyrico) que fue quien encargó la obra de ampliación de la iglesia en el siglo XVI, realizada en estilo gótico, así como el del alarife mudéjar Abdallah de Gali que la ejecutó.




         Si como es posible, en la clave antes reproducida las armas corresponden a este comendador que encargó la obra, las de la otra clave cabe la posibilidad que sean las de su familia con esa faja sobre campo de oro. Pero lo que cabe es que en uno de ellos sea esmaltada en gules (rojo) y en otro en sable (negro).



         La relación entre ambas claves parece evidente pues en otra lo que aparece es el castillo propio de la heráldica del municipio. Todo ello pone de manifiesto los errores señalados a la hora de elegir los colores durante la restauración.





         Pero, al margen de esas puntualizaciones, todo lo relatado unido a otros elementos de interés como la capilla en la que se venera la imagen del Santo Cristo atado a la Columna, Patrón de Mallén, del que recientemente D. Guillermo Carranza ha podido documentar que fue realizado por Juan de Biniés, en 1615, constituyen motivos suficientes para que este monumento, sea declarado “Bien de Interés Cultural” o “Bien Catalogado”, como venimos reclamando.

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