Como en otras muchas localidades de nuestra zona, dos
fiestas dan inicio al calendario cada año, las de San Antón y San Babil, en
cuya víspera se encienden hogueras que, antiguamente, tenían un significado
diferente. La de San Antón (la víspera del 17 de enero) era organizada por los
mozos, mientras que, en la de San Babil (la víspera del 23 de enero) la
protagonizaban las mozas. En esta última se cantaban los tradicionales “chimilindrones”,
como recoge el libro de la Tradición oral
del Moncayo. Se trata de coplas picarescas, con su estribillo, entonadas
mientras se baila en torno a la hoguera, que no son privativas de esta
localidad, dado que son también habituales en otras de la comarca y de Aragón.
La Virgen del Castillo es la Patrona de Fuendejalón, una
bellísima imagen medieval a la que se dedicó una ermita que, en realidad, es un
templo de grandes dimensiones y notable interés arquitectónico, como hemos
destacado en diversas ocasiones, cuya decoración constituye una apología al
culto mariano y, en concreto, a la devoción a esta imagen, cuyos milagros han
quedado reflejados en las pinturas murales que son uno de sus más valiosos
elementos.
Entre los actos programados en su fiesta, destacan la Misa
Solemne en la ermita, la procesión por las calles de la localidad, la ofrenda
de flores y el Rosario General. Sin embargo, la Virgen del Castillo está unida
a otras tradiciones a las que haremos referencia más adelante.
El otro Patrón de Fuendejalón es San Juan Bautista que tiene
dedicado otro excepcional monumento de la localidad, su iglesia parroquial, y
que recuerda la secular vinculación del municipio con la Orden de San Juan de
Jerusalén, de Rodas y de Malta a la que perteneció durante siglos.
La víspera del día de San Juan (24 de junio) se lleva a cabo
la tradición de las “enramadas”. En su origen, eran los mozos quienes
enramaban las puertas de las jóvenes en las que estaban interesados, utilizando
flores o cardos “borriqueros”, según el mensaje que querían transmitir.
Lógicamente, las flores estaban destinadas a las mozas que les correspondían,
mientras que los cardos se colocaban en las casas de las que no les hacían
caso.
Posteriormente,
el sentido varió, convirtiéndose en motivo de broma y jolgorio, de manera que
los cardos se han generalizado, tapando las puertas con todo tipo de objetos.
También la víspera se enciende una hoguera y, el día de la fiesta
se celebra una Solemne Eucaristía en la iglesia parroquial y procesión con la
imagen de San Juan, adornada con flores, espigas de trigo y racimos de uvas.
Aunque, en la actualidad ya nos los lleva, antiguamente la
imagen de la Virgen del Castillo vestía mantos y ellos son utilizados en otra
tradición vinculada a su devoción, la de llega que tiene lugar el día 8 de
septiembre.
Varios de esos mantos, portados por otras tantas personas,
recorren las calles de la localidad, para recaudar fondos para su fiesta. A las
puertas de las casas les esperan los vecinos que, tras besar un manto,
depositan su óbolo y reciben una estampa de su Patrona.
Pero una de las tradiciones más hermosas es la denominada “Fiesta
de los mozos” que tiene lugar el cuarto domingo de octubre. Ese día se realiza,
entre cinco personas, el sorteo para conocer quien conservara en su casa,
durante el año, la imagen de la Virgen. Antes sólo podían participar en él los
varones, solteros y nacidos en Fuendejalón.
Ahora, pueden participar hombres y mujeres de cualquier edad
y se sigue realizando a los pies de la Patrona, mediante el procedimiento de
introducir en una bolsa cinco redolillos o bolas, cuatro de ellas vacías y una
con un papel en el que pone “Virgen del Castillo”. Antes se sortea el orden en
el que los cinco seleccionados irán extrayendo los redolillos.
Siguiendo ese orden, van introduciendo su mano en la bolsa y,
cuando el agraciado consigue el de la Virgen, grita con fuerza “Viva la Virgen
del Castillo”, en medio de una gran emoción. A él, le corresponderá la custodia
de la pequeña imagen de la Virgen, réplica de la original y montada sobre un
castillo, durante seis meses, repartiendo los restantes meses del año entre los
otros cuatro.
En un momento en el que se está trabajando en España para
que la Jota sea reconocida como “Patrimonio de la Humanidad”, es importante
destacar que Fuendejalón cuenta con una dilatada tradición de destacados
intérpretes de nuestro canto regional, cuyos nombres se recuerdan, con placas
de cerámica, en las fachadas de las casas donde nacieron, y a la Jota hay
dedicado un monumento, frente a la iglesia parroquial.
Y la Gastronomía también forma parte del Patrimonio
Cultural. En el caso de Fuendejalón queremos simbolizarla en las llamadas “cañas”,
entre otras razones porque fueron objeto de atención en una conferencia
pronunciada por D. Miguel Caballú Albiac en la Academia Aragonesa de
Gastronomía, no hace demasiado tiempo.
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