Hace dos años, en este mismo blog, dimos a conocer el caso
de Domingo Torres, un joven de Magallón que, en 1903, fue elegido “el hombre
más gordo de España”. Con 24 años medía 1,90 de altura y pesaba 235 kilos.
Era
herrero de profesión y comía el equivalente a seis personas, bebiendo cinco
litros de vino al día. Ya a los 11 años dio tres vueltas a la plaza del Mercado
de Magallón llevando a cuestas a una persona que pesaba 109 kilos con una oveja
encima. En otra ocasión al ver que varios hombres trataban de meter, sin
conseguirlo, una rueda de molino en el que era propiedad del marqués de Urrea,
pidió que le dejaran solo y con gran facilidad la llevó hasta el interior.
Vestía
siempre el traje regional y se exhibía en las ferias de diferentes ciudades.
Ahora, hemos encontrado una noticia, fechada en 1901 en la que, con el título
de “El asombro del mundo”, se afirmaba que uno de los espectáculos que más llamaban
la atención entre los que se exhibían en la feria de Huesca era este joven
magallonero que, en aquellos momentos, tenía 22 años y pesaba 191 kilos. Como
hemos visto, siguió engordando, hasta el punto de convertirse en una atracción
nacional, hasta el punto de merecer el “honor” de ser presentado a Alfonso
XIII.
Fue con ocasión de la visita efectuada por el joven monarca
a Zaragoza en 1903, la primera como monarca reinante a la capital aragonesa que
se engalanó de manera especial para la ocasión, siendo construidos arcos
triunfales en el actual paseo de la Independencia y en la plaza de España, como
puede verse en esta imagen.
Uno de los actos organizados fue la recepción ofrecida en la
Lonja en la que participaron tanto las corporaciones oficiales como una amplia
representación popular. Y fue allí cuando D. Segismundo Moret presentó al
monarca a Domingo Torres que, en esos momentos, pesaba 212 kilos.
Segismundo Moret (1838-1913), que acababa de cesar como
Ministro de Gobernación tras haber desempeñado otras carteras y que, posteriormente,
sería Presidente del Consejo de Ministros, era Diputado por la circunscripción
Zaragoza-Borja por lo que, probablemente, conocía al joven magallonero al que
aludió como fenómeno del desarrollo y peso único en Aragón.
Durante aquellos días, Domingo Torres asistió a las
representaciones que tuvieron lugar en el Teatro Principal, para lo que hubo
que habilitarle tres localidades juntas pues de otra forma no podía acomodarse.
Ese exceso de peso y la actividad desarrollada provocaron la
muerte del “Gigante aragonés” cuando se estaba exhibiendo en las fiestas de
Tauste, siendo aún muy joven. Se cuenta que fueron necesarios 12 hombres para
transportar su féretro.
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