A las puertas de la campaña de Declaración de la Renta, la Iglesia Española ha distribuido un nuevo número de X tantos, una publicación encaminada a estimular a los católicos a marcar con una cruz la casilla destinada a recaudar su aportación a las necesidades de la Iglesia.
En la publicación que se inserta en
algunos periódicos y se puede conseguir en las parroquias, dan a conocer los
testimonios de algunas personas comprometidas con los problemas de los más
necesitados o los de quienes encontraron ayuda para superar las dificultades en
las que se habían visto envueltos.
En esta ocasión, uno de esos
testimonios es el de Faustino Sanz (Tino), nacido en Mallén hace 50 años, en el
seno de una familia muy humilde. Era el séptimo de ocho hermanos que, con 18 años,
salió de su localidad natal para iniciar una larga andadura por diversas
ciudades de España y de Francia, en las que, como el mismo relata: “He visitado
el infierno muchas veces. Sexo, drogas, pastillas…” hasta que pudo superar
todo, no con sus propias fuerzas, sino con la ayuda de Dios, tras regresar a
Mallén. “Doy gracias a la Iglesia porque sin ella nunca hubiera podido salir de
ese mundo”.
Ahora reside en El Buste, donde está
finalizando sus estudios en Ciencias Religiosas en la Facultad de Teología de
Navarra y el próximo curso iniciará los de Matrimonio y Familia. Mientras tanto
ayuda al párroco en todo lo que puede, imparte la catequesis y desarrolla otras
muchas actividades de las que ya habíamos tenido noticia.
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