El cortejo hacia el castillo, ya cuando
la noche hace acto de presencia en la tarde del sábado, se ha convertido en uno
de los actos más espectaculares y de mayor arraigo de nuestra recreación.
En esta ocasión, esperamos su paso frente a la sede de nuestro Centro, cuyo entorno había sido iluminado con 200 velas instaladas por nosotros, cuyo efecto no era demasiado perceptible ante las numerosas personas que se habían congregado allí, como en otros lugares, para presenciar el desfile.
Desde el balcón principal de la Casa de
Aguilar las hermanas Yolanda y Berta Martínez Gracia, interpretaron
maravillosamente una preciosa composición, “El pozo amargo”, basada en una
antigua leyenda toledana a la que Ana Alcaide puso música en su álbum “La
cantiga del fuego”.
Portando antorchas, fueron atravesando
la plaza los integrantes de los distintos grupos, como muestran estas imágenes
en las que no aparecen reflejados todos los participantes, dado el elevado
número de los mismos.
Fueron los grupos armados los que más
interés despertaban, especialmente los caballos, aunque aún no se ha conseguido
una mayor participación de fuerzas montadas, a pesar del elevado número de
jinetes que hay en Borja y su entorno.
Precisamente, el paso de los caballos
por las estrechas callejuelas que conducen al castillo permite captar imágenes
muy llamativas.
A lo largo del recorrido, vimos a unos
malabaristas realizando ejercicios con antorchas muy espectaculares.
Al llegar al castillo, donde destacaba
la señal real, de gran tamaño, de cuya colocación dimos cuenta en días pasados,
pudimos ver la gran cantidad de personas que allí se habían congregado, a las
que se sumaron los miembros de la comitiva y todos los que la acompañaban.
El Justicia, que lo había recibido de
manos del emisario, ordenó izar el estandarte real entre vítores a SS. AA. y a
Borja, por parte de todos los presentes.
Desfilaron después las agrupaciones
armadas, ofreciéndonos unas bonitas imágenes con el castillo al fondo.
La sorpresa final estuvo protagonizada
por el Grupo de Danza “Puerta del Cierzo”, cuyos integrantes, ataviados con
túnicas blancas y portando unas luminarias, hicieron su irrupción en un espacio
acondicionado al efecto, para interpretar una bonita danza a la luna, con
coreografía de su directora, con la que se puso el broche final a una intensa
jornada.
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