En la tarde del pasado domingo los niños pudieron disfrutar de los hinchables que para ellos habían sido instalados en la plaza de Santa María, a pesar del intenso calor reinante.
La verdad es que poco tienen que ver
estos artefactos con los que eran frecuentes hasta hace poco. Su mayor tamaño y
su integración con el agua sorprendían a quienes no los hubieran visto con
anterioridad. Cuando los estaban montando pudimos captar la imagen de ese niño
asomándose con sorpresa a la pequeña piscina en la que terminaba uno de ellos.
Después los vimos lanzarse felices
desde lo alto o patinar por el agua hasta esas piscinas en que terminaban ambos,
bajo la atenta mirada de sus padres y de los encargados de ambas atracciones.
No tuvimos tiempo para captar el momento en el que la espuma inundó la plaza, a
pesar de que nos hubiera gustado inmortalizar ese momento.
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