Actualmente, en el entorno de la Estanca de Borja abundan los buitres leonados (Gyps fulvus), de los que Enrique Lacleta nos ha enviado un buen número de fotografías muy bonitas.
Los ha captado
posados en cabañas abandonadas o en las copas de algunos árboles, así como
cuando levantaban el vuelo.
Muy bonita la
primera de estas imágenes, en la que se ven muy bien los dedos de sus garras
que, sin embargo, son menos potentes que los de otras rapaces, lo que, unido a
la lentitud de su vuelo, les impide dar caza a otros animales siendo sus
hábitos carroñeros.
De ahí el que
suelen apostarse sobre los muros de las granjas, a la espera de caer sobre los
restos de algún animal antes de que sea depositado en los contenedores
preparados para esos fines.
En estas últimas
fotos se ven muy bien las plumas que cubren la mayor parte de su cuerpo y la
mitad anterior de las alas. El color ocre de las mismas, parecido al de los
leones es lo que dio lugar al nombre con el que se les conoce. Esas plumas “leonadas”,
se vuelven de un color marrón más intenso o negras en las rectrices de la cola
y extremo de las rémiges.
También se aprecia el pico ganchudo con el que desgarran los tejidos y el largo cuello desprovisto de plumas.
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