El 30 de julio de 1936 fue fusilado en Castelserás el beato P. José María Muro Sanmiguel, que había nacido en Tarazona el 26 de octubre de 1905. En el seminario de esa ciudad cursó los estudios eclesiásticos, siendo ordenado sacerdote en 1928. Fue nombrado coadjutor de Villalengua, desde donde pasó como regente a Purujosa. Allí permaneció hasta 1931, año en el que fue destinado como coadjutor a Novallas.
En 1934, decidió ingresar
en la Orden de Predicadores, pues como decía deseaba ser misionero y mártir.
Fue enviado a Calanda para completar su formación y allí le sorprendió el
inicio de la Guerra Civil. Al ser asaltado el convento pudo huir junto con el
novicio dominico Joaquín Prats Baltueña. El 29 de julio, se acercaron a una
masía de Castelserás, preguntando por el camino de Alcañiz. Los encaminaron a
otra masía ocupada por elementos izquierdistas que inmediatamente los
detuvieron. Fueron fusilados al día siguiente con el párroco de Castelserás D. Zósimo
Gil Izquierdo
San Juan Pablo II lo
beatificó, con otros 233 mártires españoles, en una ceremonia celebrada en la
plaza de San Pedro el 11 de marzo de 2001. Estamos por lo tanto ante un beato
de nuestra diócesis que ejerció, durante un tiempo, su ministerio pastoral en
una localidad de nuestra zona.
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