Uno de los monumentos que destacan en la ciudad de Soria, que visitamos el pasado fin de semana, es la iglesia de San Juan de la Rabanera, un templo románico anterior a 1270, año en el que está documentado como una de las 35 parroquias sorianas.
En el exterior,
destaca su bellísimo ábside que, para nosotros, nos trae gratos recuerdos, dado
que fue uno de los primeros monumentos que fotografíamos cuando comenzamos el recorrido
por diversas ciudades españolas, hace ahora 60 años.
Actualmente se
accede al interior por esta soberbia portada, que no es la original del templo,
dado que procede de la iglesia de San Nicolás, desde la que fue trasladada en
1908, ante el estado de ruina en el que se encontraba esa iglesia.
El interior es
de planta rectangular, con una sola nave y transepto de la misma altura. El
altar mayor está presidido por Cristo
del Olvido o Cillerero, es románico y procede de la antigua iglesia del monasterio
de San Polo.
De este antiguo
monasterio templario, sólo se conserva la iglesia (convertida en vivienda
privada), que se atraviesa para acceder a la ermita de San Saturio, por un
bellísimo camino al que nos referiremos otro día.
Pero, en torno
a esa imagen de Cristo Crucificado, existe una curiosa leyenda protagonizada
por unos caballeros templarios, prisioneros de los musulmanes que los
encerraron en una cilla (granero), donde para mantener viva su fe dibujaron un Cristo
en las paredes, al que rezaban pidiendo su liberación. A todos ellos se les
apareció en sueños, animándoles a tener paciencia, pues lograrían alcanzar la
libertad.
Cuando eso ocurrió, la cilla continuó sirviendo para almacenar el grano. Comoquiera que nunca se agotaba, quisieron indagar la razón de ese hecho sorprendente y, en el suelo del almacén, encontraron un Cristo tallado, como el que habían dibujando en sus tiempos de cautividad. Según la leyenda, el Crucificado se quejó de lo abandonado que lo tenían, a pesar de que “Además de predicar, os doy trigo”.
Pero, ese Cristo Crucificado no es el único que se conserva en el interior del templo, dado que en un altar lateral se encuentra este otro, titular de la capilla fundada por el beato Juan de Palafox y Mendoza (1600-1659), que en esta iglesia había creado la llamada “Escuela de Cristo”. La imagen fue realizada, en 1655, por el escultor Manuel Pereira.
Fue en el interior
de este templo, en un lateral muy cercano a la portada de acceso, donde pudicmo
ver esta imagen de la Virgen de Pilar, realizada en alabastro. Aunque de
factura popular nos llamó la atención al encontrar a nuestra Patrona en Soria,
donde posiblemente habrá otras imágenes.
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