Desde hace muchos años hemos manifestados serios reparos a la instalación de aerogeneradores, dado que esta supuesta energía limpia (que no lo es) ofrece muchos inconvenientes.
El primero de ellos es el impacto
visual que provocan y que nos recuerda al que, en su momento, originaron esos
molinos de viento que Don Quijote confundió con malvados gigantes, lo que nos
ha hecho pensar si ese episodio no encerraba, en realidad, una crítica a la
instalación de unos molinos que habían llegado de Oriente, de la mano de las órdenes
militares.
Pero, hay algo
más sangriento entre los problemas derivados de los aerogeneradores y es la
incidencia que tienen sobre la fauna, ocasionando la muerte de numerosas aves.
María Ángeles Martínez nos ha enviado la foto de un buitre abatido por las
aspas de un molino, una víctima más de las muchas que se intentan minimizar.
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