Hacía cinco años que no había vuelto a celebrarse en Priego de Córdoba un congreso de franciscanismo. Por eso, había auténtica expectación, en la tarde del pasado viernes, cuando el Sr. Alcalde D. Juan Ramón Valdivia presidía la sesión de apertura de esta XXVI edición, acompañado por el Prof. D. Manuel Peláez del Rosal, impulsor de estos acontecimientos científicos, al que acompañaban en la mesa presidencial Dª. Rosa Jezabel Ramírez Soriano, Presidenta del área de Cultura; y el Prof. D. Salvador Rodríguez Becerra, que pronunció el discurso inaugural.
En gran medida,
los participantes en este congreso constituyen una gran familia que comparten
muchas cosas del espíritu franciscano, razón por la cual la asistencia al mismo
constituye una feliz ocasión de reencontrarse y recordar vivencias anteriores.
Podríamos dejar
constancia de todos ellos, pero nos limitaremos a dejar constancia de aquellos
que tienen una especial relación con nuestra ciudad, como el Prof. D. Alejo
Hernández Lavado y D. Raúl Utrilla Muñoz que, en los primeros días de agosto,
nos visitarán, con ocasión de la conferencia que en la Casa de Aguilar
pronunciará la Dra. Dª. Carmen Díez González, esposa del Prof. Hernández Lavado,
la cual tuvo que aplazarse en su momento, por un triste acontecimiento familiar.
O a D. Manuel
Morales y su entrañable esposa Dª. Marisa Mora, especiales amigos de todos los
borjanos, presentes y ausentes, a los que tienen siempre presentes.
En esta ocasión
nos acompañó también Dª. Pilar Carreño Jiménez que, desde Málaga, llegó a Borja
para investigar sobre la familia de los Alberite (y volverá). En la imagen
aparece junto con D. Juan Francisco Escámez Trujillo (Juan Ignacio para nuestro
Presidente), cuya presencia constituyó para nosotros una grata e inesperada
sorpresa y al que agradecemos, de manera muy especial, su deseo de desviarse un
poco de su viaje a Almería para acercarnos hasta Borja, aplazando su visita para
fechas próximas.
Otros grandes
amigos son el Dr. D. Antonio Gil Albarracín y su esposa y editora Dª. Griselda
Bonet Girabet, que han estado en Borja en ocasiones anteriores y que volvieron
a compartir con nosotros sus muchos saberes.
No queremos olvidar
a la ilustre investigadora portuguesa la Dra. Maria Adelina Amorim que tuvo una
memorable intervención, acompañada por el Dr. Aguilera, sorprendiéndonos a
todos por su interés, concisión y brevedad.
Y, por
supuesto, al Prof. D. Manuel Peláez del Rosal y a su distinguida esposa Dª. María
Isabel García de la Puerta, nuestros anfitriones, como propietarios del convento
de San Francisco, transformado por ellos en una excelente hospedería.
El Prof. Peláez también estuvo en nuestro Centro y, como siempre, ha dado buena prueba de su capacidad organizativa a lo largo de todo el congreso, actuando como excelente guía en nuestro recorrido por el magnífico Patrimonio Cultural de Priego y compartiendo alguna de sus más excelsas tradiciones, como la ducha nocturna con la que unos beneméritos habitantes de la villa, aliviaron el calor de alguno de los congresistas borjanos; hermoso colofón de unas jornadas entrañables.
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