domingo, 5 de abril de 2015

El Descendimiento de Ambel




            Con el propósito de documentar las distintas tradiciones religiosas que tienen lugar en nuestra comarca, dentro de la Semana Santa, nos desplazamos a Ambel en la tarde del Viernes Santo, para asistir a la representación del Descendimiento de Cristo de la Cruz, una ceremonia inspirada en la que se celebraba en Borja hasta la guerra de la Independencia.

            El acto tiene lugar tras la celebración de los oficios propios del día que, debido a los trabajos de restauración a la que está siendo sometida la iglesia parroquial de San Miguel, se celebran en la ermita de Ntra. Sra. del Rosario, un monumento de gran interés edificado en el siglo XVIII sobre una antigua iglesia mudéjar de la que se conserva la torre, declarada Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés.





            Es de destacar la presencia de numerosas personas y la cuidada preparación de la ceremonia litúrgica presidida por el párroco P. Cervando Bedoya, Misionero de Betania, a quien ayudaron dos seminaristas de la misma asociación de fieles.



            En Ambel, la adoración de la Cruz que constituye una de las partes de los oficios del Viernes Santo se realiza en la imagen de Cristo Crucificado que, posteriormente, será descendida y que, junto a la de la Virgen de los Dolores, ocupa un lugar preferente en el templo.




            En la última parte de los oficios acceden al templo el centurión y los alabarderos. Finalizada la ceremonia litúrgica propia del día comienza el Descendimiento. Mientras el sacerdote recita un texto preparado al efecto con el que va resaltando los aspectos más importantes de lo que allí se representa, se disponen bajo la Cruz tres personajes que van a tener un protagonismo especial. Con túnicas marrones, esclavinas y bonetes del mismo color aparecen José de Arimatea y José Nicodemus. Con túnica negra, a la izquierda de la imagen se encuentra el cofrade que represente a San Juan, el discípulo amado.



            Siguiendo las indicaciones del sacerdote, las personas que representan a los santos varones suben a un estrado desde el que proceden a retirar la inscripción INRI y, después, la Corona de Espinas.




            Ambas son entregadas a la persona que representa a San Juan quien las muestra a la Virgen y a los fieles congregados en el templo. 




            Seguidamente, con gran cuidado y con la ayuda de un martillo, se procede a retirar los clavos que fijaban el cuerpo de Cristo a la Cruz. Por tratarse de una imagen articulada, los brazos van adoptando una posición paralela a tórax. Hasta hace unos años se utilizaba la imagen titular de la capilla funeraria de los Monserrat pero, tras su restauración por el Instituto del Patrimonio Histórico Español, ha sido adquirida otra imagen con este fin específico. 





            La imagen de Cristo desciende entonces de la Cruz y en brazos de José de Arimatea y de José Nicodemo es mostrada a la Virgen y a los fieles en un momento de indudable emoción. 





            A continuación es depositada en el arca situada al lado y cubierta con las ropas, finalizando así esta ceremonia del Descendimiento para dar comienzo al Entierro de Cristo del que ofreceremos imágenes en próximos días.




            Mientras tanto, merece la pena dar a conocer estas imágenes de uno de los actos más impresionantes de la Semana Santa en nuestra comarca, cuidadosamente mantenido a lo largo de los años, de manera que, en la actualidad, es el único de estas características que se ha conservado aquí.

2 comentarios:

  1. Es una pena que se perdiera esta tradición en Borja. Se podía intentar recuperar aunque para no perder el veletorio de la capilla de San Jose se realizara antes del pregon. Seguro que este acto potenciaria la semana Santa borjana. Nunca es tarde para recuperar las tradiciones más aun cuando disponemos de sus elementos materiales.

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  2. Yo soy de amb el y mea gustado mucho esta publicacion

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