Entrega de Premios Extraordinarios Fin de Carrera

            En un acto celebrado ayer en la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Zaragoza, con motivo de la fiesta de su Santo Patrón, S. Vicente Ferrer, fueron entregados los Premios Extraordinarios de Fin de Carrera a los alumnos más destacados de las distintas titulaciones que se imparten en ese centro docente.

            Junto con el Rector Magnífico de la Universidad, D. Manuel López, se  encontraban presentes el Consejero de Economía y Empleo del Gobierno de Aragón, D. Francisco Bono; el Decano de la Facultad D. José Alberto Molina; el Vice-Decano de Profesorado y Docencia, D. José Mariano Moneva; y el Prof. D. Jesús Miguel, como Secretario. 

            El Premio Extraordinario correspondiente al Grado de Economía fue concedido a D. Eduardo Risquez Gracia que, por encontrarse trabajando en la República Popular China, fue recogido por su madre Dª María José Gracia Rivas.

            Junto con el correspondiente diploma acreditativo recibió la insignia de la Facultad, al igual que los restantes galardonados. La Insignia de Honor fue concedida este año a la Fundación Zaragoza Logistics Center, una institución docente de excelencia, como fue calificada en la laudatio, que goza de un extraordinario prestigio internacional. 

            Entre las intervenciones que se sucedieron a lo largo del acto fue especialmente significativa la del Decano de la Facultad, Prof. Molina, que próximamente pondrá fin a un dilatado período al frente de este centro, por lo que hizo un detallado balance de los logros alcanzados, dedicando un recuerdo a todas las personas que, desde el equipo decanal y desde otros ámbitos, le han prestado su apoyo. Dedicó, asimismo, unas palabras de felicitación a todos los premiados y a sus familias, destacando que los alumnos constituyen la razón de ser de la Facultad y uno de sus activos más importantes.

            La emoción del momento hizo mella entre los premiados y sus familias. Los primeros, dada su juventud, creyeron que todo ello podía ser cierto. Nada más lejos de la realidad, pues al terminar el acto y, probablemente, para prepararlos a las adversidades con las que tendrán que enfrentarse a partir de este momento, los galardonados fueron conminados a abandonar el recinto, ya que el pequeño aperitivo que a las puertas del salón había sido preparado, estaba reservado para el equipo decanal y sus más dilectos allegados.