El
Ayuntamiento de Palma de Mallorca editó, en 2011, un libro dedicado a la
historia del belén existente en el monasterio de la Purísima Concepción de
religiosas capuchinas franciscanas de esa ciudad que, en 2003, fue declarado
“Bien de Interés Cultural”, atendiendo a su singular valor. Un ejemplar de este
libro fue remitido al Ayuntamiento de Ambel, donde se conserva. La razón de
este envío se debió al hecho de que una de las fundadoras de ese monasterio fue
la Madre María Dionisia Bernarda Gómez, nacida en Ambel en 1639, a la que está dedicada la mayor parte del libro,
uno de cuyos capítulos, del que es autor fray Rufino María Grández OFMcap.
Trata sobre el “Coloquio al Santo Nacimiento” que escribió la religiosa y cuyo
texto se transcribe.
La
figura de esta ilustre hija de Ambel no nos era desconocida, pues la incluimos
en nuestro Diccionario Biográfico.
Allí señalamos que, muy pronto, sintió la vocación religiosa y que, siendo
amiga de la Venerable Madre Sor María Jesús de Ágreda, quiso profesar como
concepcionista, pero modificó sus propósitos al escuchar una voz que le decía:
“Hija, te quiero capuchina”. Marchó entonces a Zaragoza, tomando el hábito el
20 de agosto de 1657, con 18 años de edad, y en 1662 fue enviada a Mallorca
para fundar un nuevo monasterio, con el cargo de maestra de novicias. Elegida
abadesa en 1684, desempeñó este cometido hasta su fallecimiento en 1719.
Durante toda su vida fue un ejemplo de humidad y caridad y su fama de santidad,
que siempre le había acompañado, creció tras su muerte, por lo que las
religiosas de la comunidad encargaron el grabado que reproducimos, realizado
por Manuel Esquivel, sobre un dibujo de Juan Gálvez. Este último fue un
destacado artista que, con el tiempo, llegó a ser Pintor de Cámara de Fernando
VII. Por su parte, Manuel Esquivel se había formado en la Real Academia de San
Fernando de la que, en 1829, fue nombrado Miembro de Mérito.
El
grabado aparece en la obra que sobre la vida de la religiosa escribió el
carmelita fray Pedro Tomás Cifre, que fue publicada en Palma de Mallorca en
1796, cuando ya habían transcurrido 77 años de su fallecimiento, lo que viene a
demostrar que su recuerdo permanecía vivo. El grabado aparece en esa obra, por
lo que es probable que fuera realizado entonces cuando Gálvez tenía unos 21
años y Esquivel 18. Debemos recordar que el primero venía trabajando desde 1794
en la corte de Carlos IV y Esquivel
obtuvo el segundo premio en el concurso convocado por la Real Academia
de San Fernando en 1792 y entonces tenía 15 años.
Es
curioso que, al referirse en esta obra a su lugar de nacimiento el autor afirma
que “su cuna fue Ambel, pequeña villa (ya grande y esclarecida por esta honra
tan excelsa) del obispado de Teruel”. Allí se añade que su padre se llamaba
Jorge Gómez y su madre Dorotea Gómez, ambos de nobles familias aunque no
parientes.
El
error sobre su lugar de nacimiento aún fue mayor en la Oración Fúnebre que, en
sus exequias, pronunció el capuchino fray Francisco de Mallorca pues afirmó que
“Nació y fue procreada en la ciudad de Teruel”. Tampoco creemos que acertó en
la fecha de nacimiento, el 21 de febrero de 1640, pues todos los autores la
hacen nacer en Ambel en marco del año anterior, como hemos señalado.
No
deja de ser significativo que este sermón fuera mandado imprimir por el
Ayuntamiento de Palma de Mallorca, una expresión más del prestigio alcanzado
por esa religiosa.
El
Centro de Estudios Borjanos dispone de copia digitalizada de estas dos
interesantes obras relacionadas con ella y, en estos momentos, estamos
realizando los trámites para la adquisición de la Vida prodigiosa y exemplar; sobre la que informaremos cumplidamente
en caso de conseguirla.
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