El 29 de julio de 1831
nació en Tabuenca el P. Faustino Blas
Gómez Cuartero. Era hijo de Ignacio Gómez y Antonia Cuartero. Profesó como
religioso escolapio y marchó como misionero a Cuba, donde estuvo destinado en
el colegio que la congregación había fundado en Puerto Príncipe (Camagüey) un
prestigioso centro educativo en el que cursaron estudios destacados personajes
de la isla como Tomás Estrada, el primer Presidente cubano, el también
Presidente Miguel Mariano Gómez o el primer arzobispo de La Habana D. Pedro
González Estrada y el primer cardenal nacido en Cuba D. Manuel Arteaga
Betancourt.
El 29
de julio de 1860 nació en Madrid D.
Mariano Aísa Cabrerizo, barón de la Torre. Diputado a Cortes por la
circunscripción de Tarazona en 1898, 1899, 1901 y 1903, posteriormente fue
nombrado Senador del Reino, cargo que desempeñó hasta su fallecimiento en 1928.
Colaboró activamente con el Ayuntamiento de Mallén para la resolución de varios
contenciosos relacionados con derechos históricos de la villa, entre ellos el
derecho de hierbas con Novillas, o el de hacer leña en la Bárdena Baja, frente
a Ejea de los Caballeros, todos ellos resueltos favorablemente. También
consiguió el restablecimiento de la notaría y concedió importantes ayudas para
la reforma y consolidación de la iglesia parroquial. En agradecimiento a esos
servicios, el Ayuntamiento de Mallén que presidía D. Manuel Espeleta Ibáñez,
tomó el acuerdo en 1902 de dar su nombre a la calle de Tudela. Pero el carácter
de los pueblos es mutable y, tras la proclamación de la II República, la calle
pasó a llamarse “Capitán Fermín Galán”, recuperando después el de Tudela. Por
otra parte, existe una relación de los barones de la Torre con Borja ya que Dª.
Francisca de Saravia y Lázaro, descendiente de la ilustre familia de los Lázaro,
contrajo matrimonio en nuestra ciudad
con D. Francisco de Perpiñán y Perales en el que recaía entonces el título de
barón. Para conocimiento de los interesados podemos señalar que a D. Francisco
de Perpiñán le sucedió en el título su sobrino D. Francisco de Aisa y Perpiñán;
de éste pasó a su sobrino D. Mariano Aisa Cabrerizo al que sucedió su hijo D.
Juan de Aisa y Villarroya; al no tener hijos pasó a su sobrino D. Enrique
Laitallade y Aisa, al que sucedió su sobrino D. Íñigo Cavero Laitallade. La
actual poseedora es su nieta, Lucía.
El 29
de julio de 1917 nació en Azuara D.
Victorino Gracia Salas. Inició su formación en el seminario de Belchite,
continuando sus estudios de Enseñanza Secundaria en el Colegio de Santo Tomás
de Aquino de Zaragoza. Inició la carrera de Medicina en la Universidad de
Zaragoza, pero tuvo que interrumpirla a causa de la Guerra Civil, en la que
alcanzó el empleo de Alférez Provisional. Al terminar la contienda, fue
destinado al Gobierno Militar de la capital aragonesa y, desde allí, pudo
compatibilizar sus obligaciones militares con la terminación de la carrera.
Su
primer destino como médico fue Malón, donde ejerció seis meses, llegando a
Borja en enero de 1944 para ayudar a D. José María Fraguas y aquí contrajo
matrimonio el 9 de octubre de 1946, con Dª. María Pilar Rivas Gracia, fijando
definitivamente su residencia en nuestra ciudad, de la que fue Médico Titular a
partir de 1954.
Junto
a su labor profesional, desarrolló una intensa actividad en los más diversos ámbitos
En 1967 entró a formar parte del M. I. Ayuntamiento, teniendo que ejercer como
Alcalde accidental, a causa de la enfermedad de D. Plácido Galán. Durante ese
período y, posteriormente como Primer Teniente de Alcalde y Concejal Delegado
de Cultura colaboró activamente en la puesta en marcha de importantes
proyectos, como el actual Instituto, la Residencia de Pensionistas, la creación
de la Asamblea Comarcal de la Cruz Roja, de la que fue Presidente durante
muchos años y, de manera especial, la creación del Centro de Estudios Borjanos,
del que fue Presidente desde 1972 hasta su fallecimiento.
Gracias
a sus gestiones fue posible la rehabilitación de la Casa de Aguilar, como sede
del Centro, pudiendo asistir a su inauguración el 1 de abril de 1999. Falleció
el 5 de octubre de 2000, siendo enterrado en el cementerio de Borja. En su
lápida se hace constar, por voluntad expresa suya, su condición de “Hijo
Adoptivo de la Ciudad”, título que le había sido concedido en 1996 por la
corporación municipal presidida por D. Luis María Garriga, con el que se quiso
reconocer la generosa entrega de quien, sin ser nacido aquí, había hecho del
servicio a Borja la pasión que alentó todos los días de su vida.
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