jueves, 27 de julio de 2017

Sobre la prisión del mariscal Don Francisco de Palafox en Añón


         D. Javier Bona nos ha remitido una copia de la relación impresa que se conserva en la Biblioteca Nacional, sobre el arresto efectuado en la persona del Mariscal de Campo D. Francisco Palafox y Melzi, en Añón el 6 de agosto de 1810.


Añón en la actualidad


Comoquiera que en el mismo se hace referencia a que el citado militar se encontraba en esa localidad “a la sazón victorioso de Borja”, nos parece interesante comentarlo, pues a alguno de nuestros lectores le puede sorprender las circunstancias de este hecho y su relación con nuestra ciudad.


D. José de Palafox

         Francisco de Palafox era hermano del General D. José de Rebolledo de Palafox, que ha pasado a la historia como le héroe de la defensa de Zaragoza. Su padre D. Juan Felipe Rebolledo de Palafox y Bermúdez de Castro, marqués de Lazán y Cañizar, había contraído matrimonio, en 1768, con la aristócrata italiana Dª. Paula Melzi, con la que tuvo tres hijos: Luis (1772),  Francisco (1773), y José (1775), a los que vino a sumarse en 1777 una hija, María Pilar.

         Los tres varones, tras cursar los estudios primarios en la capital aragonesa, bajo la tutela del P. Boggiero,  ingresaron en el cuerpo de Guardias de Corps, punto de partida para una carrera militar en la que alcanzaron los más altos empleos.


D. Luis de Palafox

         El hermano mayor, Luis, fue quien heredó el título de marqués de Lazán a la muerte de su padre, en 1799, y en junio de 1808 llegó a Zaragoza para ponerse a las órdenes de su hermano José que había sido nombrado Capitán General de Aragón. Fue nombrado Jefe del contingente reunido precipitadamente para hacer frente a los franceses que avanzaban sobre la capital. Entre esos voluntarios hubo muchos de nuestra comarca que nada pudieron hacer ni en Tudela ni en Mallén, donde la actuación del marqués de Lazán no fue precisamente brillante.

         De Francisco no conocemos ningún retrato. Tras un fugaz nombramiento como Capitán General de Cataluña, estuvo en Zaragoza. El Mariscal de Campo D. Luis Gonzaga de Villava, que acudió en socorro de la capital de Aragón, lo calificaba de “insensato” en un opúsculo que publicó sobre el segundo Sitio, al igual que vertía comentarios muy negativos sobre la actuación de José. Hasta el momento, la historiografía aragonesa ha enjuiciado de manera apologética el comportamiento de los Palafox; en algún momento será necesario analizar críticamente los desatinos que cometieron desde el punto de vista militar.



         Pero, centrándonos en lo ocurrido en Añón, según el impreso que estamos comentando Francisco Palafox se encontraba allí preparándose para atacar a Tarazona, tras su victoria en Borja. La supuesta victoria había acaecido el 25 de julio de 1810, cuando entró en la ciudad, sin enfrentarse directamente con la guarnición francesa, limitándose como habían hecho con anterioridad otras partidas a llevarse los efectos que pudieron, entre ellos 80 libras, 17 sueldos y 15 dineros que se habían recaudado para pagar la contribución exigida por las autoridades de ocupación.
         Descansando de tan feliz campaña se encontraba en la citada localidad que, en aquellos momentos pertenecía al Partido de Borja con su fuerza, cuando fue sorprendido por otra de 2.000 hombres de la división del brigadier D. Pedro de Villacampa, al mando de D. Ramón de Loya, que habían llegado con el propósito de detenerle, lo que consiguieron con la colaboración del coronel D. Ramón Gayán quien, con engaño, consiguió apresarlo y conducido a Valencia, por Ateca y Teruel, tras haberse perdido en el Moncayo.
         No era la primera vez que D. Francisco Palafox era detenido, pues ya lo había sido en Sevilla en noviembre de 1809, debido a su oposición a la Junta Central, al igual que sus hermanos, todos ellos fervientes partidarios de Fernando VII y partidarios de una Regencia, postura interesada dado que para ella proponían al conde de Montijo, cuñado de Luis de Palafox y al propio Francisco, entre otros personajes afines.

         Ni que decir tiene que el impreso que ha motivado estos comentarios fue redactado por una persona cercana a la posición del detenido, sobre el que vierte los más encendidos elogios, destacando su “ánimo guerrero”, incluso “quanto más recio era el ataque”, un hombre que “jamás ha temido a la muerte”. 

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