sábado, 29 de julio de 2017

La visita a la colegiata de Santa María constituyó otro gran éxito



         La visita guiada a la colegiata de Santa María de Borja que tuvo lugar en la tarde de ayer, dentro de las actividades veraniegas programadas por los museos de nuestra ciudad, constituyó un gran éxito, superando una vez más todas las previsiones, dado que fueron más de 200 personas las que asistieron a la misma.




         Fue dirigida por el Dr. D. Alberto Aguilera Hernández quien, en primer lugar, habló sobre la historia del templo y las sucesivas reformas a las que fue sometido en el transcurso del tiempo, hasta adquirir el aspecto actual que responde a la rehabilitación efectuada en los últimos años del siglo XVIII y comienzos del XIX.




         Posteriormente, se inició el recorrido por sus diferentes espacios, deteniéndose en primer lugar en el coro, un conjunto de gran interés que pertenece a esa familia de coros aragoneses del que también forman parte otros como el de la Seo de Zaragoza.




         Hizo alusión a continuación al órgano que conserva la mazonería del segundo de los instalados en la colegiata, datado en el siglo XVI, al que recientemente nos referimos al hablar de Juan Sanz de Tudelilla que fue quien la construyó, con ayuda de un carpintero local.




         Con las lógicas limitaciones que imponían el elevado número de asistentes, se recorrieron todas las capillas, dedicando especial atención al retablo mayor, obra de los hermanos Mesa, donde señaló la presencia de la alegoría a la Santa Cruz que figura en la calle central, por ser patrona de la ciudad y muy anterior a la Virgen de la Peana, cosa que a algunas personas les sorprendió.



         La visita finalizó en el claustro, actualmente en proceso de restauración y en el que próximamente se acometerá una nueva fase de apertura de sus ventanales cegados. El desarrollo de la visita y la respuesta obtenida viene a demostrar el interés que despierta este tipo de actividades que tendrá continuidad a lo largo de este verano con otras de diversa índole, como talleres y visitas a otros templos.





         Tal como habíamos anunciado, el M. I. Ayuntamiento ofreció un vino de honor a todos los presentes en la planta superior del Museo de la Colegiata, bajo las torres de la colegiata que ofrecían este espectacular aspecto. Ello permitió visitar las salas del museo, lo que para quienes habían llegado desde otros lugares constituyó una sorpresa, por la calidad de los fondos que se muestran y la belleza de sus espacios.

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