El 13 de junio de 1860 nació en Torres de
Berrellén el general D. Antonio Mayandía Gómez. Militar de gran prestigio,
perteneciente al Arma de Ingenieros, desempeñó diversas comisiones por Europa,
tanto militares como civiles, pues en 1900 se desplazó a varios países para
conocer los sistemas de producción de cerveza, con el fin de asesorar a la
nueva empresa aragonesa “La Zaragozana”. Estuvo como observador en la I Guerra
Mundial y participó en la Guerra de Marruecos, siendo ascendido a General de
Brigada en 1922.
Tras
el pronunciamiento del general Primo de Rivera pasó a formar parte del
Directorio Militar y, más tarde, se hizo cargo de la cartera de Fomento. Estaba
vinculado con Borja, donde su hermana se había casado con D. Miguel Gracia
Clavería y era considerado “casi como borjano”. Visitó nuestra ciudad en 1927 y
de su estancia de varios días entre nosotros se hicieron eco los medios de
comunicación, apareciendo el semanario local La Comarca una entrevista que concedió.
Su
apoyo fue decisivo para lograr diversas mejoras, entre ellas la pavimentación
con pavés de la travesía de la actual carretera N-122, firme que se mantuvo
hasta la segunda mitad del siglo XX. Lo que no pudo conseguir fue que Santa
María volviera a ser colegiata, a pesar del empeño que puso.
No
obstante, su recuerdo se conserva en ella, a través de la imagen de la Virgen
del Pilar que regaló para la capilla del claustro, sustituyendo a la tabla
titulas de retablo que ahora se exhibe en el Museo de la Colegiata. Intervino
también en la construcción del puente de Gallur, por lo que el Ayuntamiento de
esa localidad le dedicó una calle, honor que vino a sumarse a los que le
dispensaron muchas localidades aragonesas. Falleció en Madrid el 17 de agosto
de 1935.
Tras
la proclamación de la II República, la Asamblea Constituyente creo una Comisión
de Responsabilidades para depurar las derivadas de la actuación de la Dictadura
de Primo de Rivera y la cuestión de Marruecos, entre otras. De resultas de sus
actuaciones se ordenó la detención de los generales y almirantes que habían
formado parte del Directorio y de los ministros civiles. El general Primo de
Rivera había fallecido en el exilio y varios ministros se encontraban en el
extranjero, pero la mayor parte de los militares estaban en España, siendo
encarcelados inmediatamente. Primero los que residían en Madrid y, posteriormente,
otros como el general Mayandía que se encontraba en Borja. No fueron incluidos
en el proceso depurador otros personajes como D. Francisco Largo Caballero que
había sido consejero durante la Dictadura.
La
detención del general Mayandía en nuestra ciudad causó un gran impacto, dado
que era una persona muy querida. Conducido a una prisión militar, fue separado
del Ejército (estaba ya en la reserva) y condenado a veinte años de
inhabilitación.
En
aplicación de la Ley de Amnistía, aprobada por las Cortes el 20 de abril de
1934, durante el gobierno de la CEDA, fue puesto en libertad y readmitido en el
Ejército. Esa ley afectaba también a todos
los implicados en el golpe de estado de 1932 y los participantes en la
insurrección anarquista de diciembre de 1933. Gracias a ella pudo regresar a
España D. José Calvo Sotelo, antiguo ministro de Hacienda de la Dictadura y
Presidente de Acción Española, cuyo asesinato en julio de 1936, fue uno de los
detonantes del alzamiento del 18 de julio.
El
general Mayandía falleció en Madrid el 17 de agosto de 1935. Es muy probable
que, de haber vivido, hubiera sido fusilado en 1936 como le sucedió a otro
miembro del Directorio, el general Mario Muslera, que fue ejecutado en San
Sebastián al inicio de la guerra.
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