domingo, 23 de febrero de 2020

Petición de indulto para Higinia Balaguer


         En la noche del 1 al 2 de julio de 1888, en el nº 109 de la calle de Fuencarral de Madrid, la propietaria de uno de los pisos, Dª. Luciana Borcino, una rica dama de carácter insufrible apareció asesinada. De lo acaecido informamos en un artículo publicado en este blog, en 2017, dado que la principal acusada era una joven llamada Higinia Balaguer.




         Nacida en Ainzón en 1860, era descrita como una mujer “alta, desgarbada, de color quebrado, ojos negros muy vivos y rasgos duros” que seis días antes había sido contratada como asistenta por la víctima.



         Las circunstancias que rodearon el caso merecieron una enorme atención por parte de todos los medios de comunicación, entre otras cosas porque la complejidad del mismo y por el hecho de que se vieran implicados otros personajes, como un hijo de la asesinada, José Vázquez Varela de 23 años, y hasta el mismo Director de la cárcel donde el joven cumplía condena por haber robado una capa. Se especuló con la posibilidad de que el propio director de la cárcel le hubiera facilitado la salida. Se trataba de José Millán Astray, padre del famoso general.



         Pero al final, la atención se centró en Higinia, mientras que los otros quedaron exculpados. A ello contribuyeron las constantes contradicciones en las que incurrió la sospechosa que, en el juicio, fue defendida nada menos que por D. Nicolás Salmerón, uno de los Presidente de la Primera República. Sus esfuerzos de nada sirvieron y el 25 de mayo de 1890 el tribunal hizo pública la sentencia por la que se la condenaba a muerte por el delito de robo con homicidio. La condena suscitó la repulsa de muchos sectores, al considerarla injusta, pues no quedó suficientemente aclarado lo ocurrido.



Ahora hemos conocido que, nada más conocerse la sentencia, el Alcalde Ainzón D. Juan Antonio Omedes Borrás intentó lograr la conmutación de la pena. Para ello se dirigió al Diputado D. Alfredo de Ojeda con el fin de que el Gobernador Civil se sumara a la petición. Ocupaba el cargo en esos momentos D. Pedro Agustín Herrero, con quien se entrevistó el Sr. Ojeda, acompañado por el también Diputado Sr. Aramendía, logrando que el gobernador enviara un telegrama urgente al Presidente del Consejo de Ministros.

Pero D. Antonio Cánovas del Castillo no sólo se negó a ello, sino que presionó a la Reina Regente para que no ejerciera el Derecho de Gracia, como era su propósito.




         Finalmente, Higinia fue ejecutada mediante garrote vil el sábado 19 de julio de 1890, en el patio de la cárcel Modelo de Madrid. Fue la última ejecución pública llevada a cabo en España y fue presenciada por cerca de veinte mil personas, unos desde el interior de la prisión, como el novelista D. Benito Pérez Galdós y la mayoría desde las alturas próximas.

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